Tuesday 15 July 2014

20. Carta al VIH.


Querido virus,


Supongo que estarás notando el distanciamento cada vez mayor que se está produciendo entre nosotros dos desde hace ya unos meses. Aunque desde que nos conocimos vivimos juntos y estamos juntos las 24 horas del día, 7 días a la semana, 365 días al año, nuestra relación se está enfriando a pasos agigantados. No podemos seguir haciendo como que no está pasando nada. Algo está cambiando y sé que tú también lo estás notando.

Tú fuiste mi continua obsesión desde que nos presentaron, aquel 10 de Enero de 2012, fuiste prácticamente mi único pensamiento durante meses, tal era mi obsesión por tí, tal era la pasión de nuestra relación. Desde que me levantaba hasta que me acostaba, pensando continuamente en tí, ahí estabas, siempre a mi lado, desde el primer momento supe que jamás me abandonarías, que estarías ahí para toda mi vida, y que el día que muriese, tú también morirías inevitablemente junto a mí, porque sé que sin mí no podrías vivir. Al igual que el mar necesita al agua para existir, al igual que el desierto necesita a la arena, al igual que la jungla necesita la vegetación, tú me necesitas a mí.

Sinceramente, pensaba que lo nuestro duraría para toda la vida, que mi corazón y mi mente estarían para siempre contigo. Pero algo ha cambiado.

Quizá te duela lo que te voy a decir: ya casi nunca pienso en tí.

Quería dedicarte un libro, quería escalar montañas, quería llegar al cielo, quería hacer todo esto y mucho más, sólo por tí. Empecé a escribir este blog, estudié para conocerte más a fondo toda tu complejidad, sé que eres un misterio para la humanidad y que por ello resultas fascinante a tanta gente, sé que eres algo muy especial...

Pero me he dado cuenta que no te mereces todo esto. Porque sencillamente para mí ya no eres nada. He estado tirando el tiempo prestándote tanta atención, tu presencia ha estado eclipsando tantísimas otras cosas de mi vida, siempre te ponías en medio, me querías sólo para tí, y no me has causado más que problemas. Lo que quiero es continuar con mi vida y recuperar mi libertad, porque desde luego tú ya no eres lo más importante en ella y no voy a seguir sacrificando mi vida por tí. Ya he malgastado bastante el tiempo, y no voy a seguir malgastando ni un minuto más pensando en tí, aunque tengamos que vivir juntos sin remedio. Y no es que te tenga odio, o que te quiera ignorar a la fuerza. Te ignoro porque ya me aburres. Soberanamente. Y desde luego tengo miles de cosas en las que pensar y ocupar el tiempo antes que en tí.
Por favor, no intentes molestarme más, lo nuestro no tiene vuelta atrás. La llama se ha apagado para siempre.

Adiós VIH, adiós.



Tu hospedador.