Monday 20 January 2014

8. Un pequeño inciso. De bajón.

A pesar de lo que me decían de que “iba a enterrarlos a todos” yo ya me estaba dando cuenta de que mi vida jamás iba a ser ya la misma. Por muchos años que viviera, y por muy sano que estuviera, nada volvería a ser igual. Todavía no sabía muy bien por qué iba a ser así, pero lo cierto es que acerté plenamente. Esta enfermedad no es una enfermedad, es muchísimo más que eso, la enfermedad en sí realmente es algo insignificante comparado con todas las demás consecuencias que tiene el VIH, por mucho SIDA que haya tenido y por muy cerca de la muerte que haya estado, eso no es nada comparado con tener que vivir con esto día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, durante toda la vida, sin un minuto de descanso, sin un pequeño “break”, sin unas pequeñas vacaciones de vez en cuando. Es algo non-stop tamborileando en tu mente y en tu existencia para siempre, algo que rompe tu vida, te convierte en un ser roto, defectuoso, sucio y de mucha menor valía de lo que eras antes. Tu vida de antes, ya no tiene absolutamente nada que ver con la de ahora, es un antes y un después sin retorno, sin solución, sin remedio. Pasas a ser otra persona, a vivir otra vida, de mucho menos valor. Porque si una cosa positiva tiene el ser VIH+, es que a muchos de nosotros ya no nos asusta morir, no vemos la muerte como algo malo o a temer, más bien la vemos como un alivio, un fin al sufrimiento, o un fin a una existencia que comparando con la que teníamos antes difícilmente se puede decir que valga la pena. Tenemos que olvidar el pasado, aquella vida fácil y feliz, cuando nuestra mayor preocupación era el perder el trabajo o cosas así, cosas que a día de hoy a mí personalmente no me inspiran la más mínima preocupación o molestia, sí, se puede decir que esto me ha hecho inmune al miedo o a la preocupación y no tendría miedo de por ejemplo morir dentro de un par de años totalmente deshauciado debajo de un cochambroso puente a miles de kilómetros de mi país. Es más, hasta a veces lo deseo. Volver a encontrar la paz de una vez por todas, que mi cuerpo se pudra y se libere de vida, de esta vida mantenida artificialmente por unos productos químicos creados por unas capitalistas industrias farmacéuticas, que se ponga fin a este sistema vital que llamo YO para que así pueda acabar definitivamente con este maldito virus, porque mientras yo viva, el virus estará vivo en mí, si yo muero, el virus morirá de una maldita vez, liberándome a mi a la vez, hacia el nirvana, hacia la reencarnación, hacia el cielo, hacia el infierno, eso ya no lo sé, pero en cualquier caso sería un camino hacia la liberación.
Sí, a veces estoy de bajón, sobre todo cuando recuerdo mi vida del pasado, aquella vida tan cercana en el tiempo, pero que parece que haya sido algo ocurrido siglos atrás, o incluso milenios, aquella persona despreocupada y feliz, aquel alegre fornicador que estaba dejando atrás su terrible timidez y empezando a descubrir los paraísos sexuales del lejano Oriente y otras exóticas tierras, un tipo con problemas como todos, pero problemas a ojos de mi yo de hoy absolutamente insignificantes, incluso necesarios en el transcurso de una vida medianamente normal.

Me viene a la mente todo esto porque ando planeando un viaje, un viaje como los que hacía antes, porque vuelvo a estar sano y fuerte y con ganas de volver a vivir la vida a tope, pero veo que ya no tiene sentido ir a ningún sitio porque veo que ya jamás volveré a disfrutar como antes, porque sí, el sexo era una parte muy importante en mi vida, y ahora sencillamente se me hace imposible el disfrutar, se me hace imposible el ligar, se me hace imposible motivarme de alguna manera porque estoy viendo que realmente muchos de nuestros actos cotidianos tienen una base y un impulso subconsiente puramente sexual, siempre pensé que Sigmund Freud era un maníaco salido con sus explicaciones sexuales sobre la psique humana, pero no, estoy comprendiendo que mucho de sus enrevesados supuestos son reales, por lo menos en una mente masculina, y no necesariamente salida.

Freud, ¿salido o sabio?
En cualquier caso, cocainómano y con una cita adecuada a la ocasión.

Este virus puede que no haya destrozado mi vida por completo, pero mi vida sexual, esa sí que la ha destrozado, pues búscate una pareja como todo el mundo, dirán algunos que no me conozcan, los que me conozcan ya sabrán que debido a mi difícil personalidad eso es una utopía difícil de realizar y se darán cuenta de que sí, lo más realista es que acabe renunciando a mi sexualidad, o cometiendo actos de reprochable moralidad.

“Vete de putas”, dirán otros, bueno, pues sí, lo he hecho, y ni así disfruto ya, me siento un ser sucio, ruín y despreciable, no por irme de putas, que no lo veo nada inmoral, si no por no desvelar mi estatus, mi estatus y las tres iniciales malditas, que me convierten automáticamente de un tío bien, agradable y buena persona, a un ser infecto, pestoso y que merece morir, o por lo menos pasarse 30 años en la cárcel, como sentencian algunas leyes estadounidenses a los infectos que no desvelan su estatus, por muy indetectables que estemos, por muy no infectivos que nos consideren algunos estudios, por mucho condón que usemos, sí, hay leyes en países del primer mundo como éstas, por algo será, desde luego no es por la gravedad patológica de la enfermedad, que detectada a tiempo es totalmente controlable y se suele comparar con la diabetes, ni siquiera por la peligrosidad del acto o posibilidad de contagio en sí, que en muchos casos es prácticamente 0 o incluso 0*, no es por eso no, es por la baja moralidad del acto en sí, por la aberración y maldad que conlleva, porque hay que ser tremendamente hijo de puta y mala persona para tirarte una tía al igual que lo hacías antes, pero con condón y sin desvelar lo que eres, un saco de mierda con patas, un ser sucio, “not clean” como dicen en la jerga gay, un monstruo con el que prácticamente ninguna persona en sus cabales tendría sexo por muy remotísima que fuera la probabilidad de contagio. Eso sí, si vas follando por ahí sin protección alegremente, no te chequeas ni conoces tu estatus, das por hecho que eres negativo, pero en realidad eres positivo y tienes la carga viral por las nubes siendo tremendamente infectivo, no pasa nada, esta gente, a pesar el grueso de las nuevas infecciones, no estan cometiendo ningún acto incorrecto, porque como no conocen su estatus, no son responsables de nada, no son responsables de chequearse, de conocer la realidad, no, a nadie se le ocurriría exigirles consecuencias legales a pesar de que son infinitamente más peligrosos que un positivo en tratamiento...

... venga, va, piensa en otra cosa, no todo es sexo en la vida, aunque haya estudios que digan que el hombre medio se pasa pensando en sexo el 80% del día, tú no eres así, y mirándolo positivamente, liberarse de las cadenas del sexo es algo bueno, te libera la mente pudiendo aprovechar el intelecto para cosas mucho más productivas... seguro que sin impulsos sexuales seríamos todos mucho más cultivados e inteligentes, yo por lo menos estoy convencido que sin estas cadenas sexuales mi vida académica hubiera sido infinitamente mayor de lo que fue.

Pero no, a quien quiero engañar, el sexo es lo más maravilloso de la vida, muchas veces pienso que es el fin último de la existencia, lo máximo, el acto sublime, un acto incluso trascendental y que realmente muchas religiones han tenido en cuenta a la hora de la búsqueda espiritual (no el cristianismo, precisamente).

Sin duda, los templos más interesantes que visité en India fueron los de Kajuraho.
En esta época todavía no había SIDA. Grandes tiempos aquellos.

NO LIMITS


Quién sabe, quizá algún día se cruce en mi camino algo parecido al AMOR, y todas estas frustaciones se acaben diluyendo en el espacio al igual que una lágrima en el mar... 


* sí, hay casos en los que el riesgo de contagio es 0 y aún así se condena a la persona a cárcel. Afortunadamente, por ahora sólo he leído casos así en Estados Unidos y Singapur:
(resumiendo, un positivo practicando una felación a un negativo en Singapur, condenado a un año de cárcel)

7. El peor día de mi vida (III). Un español sin derecho a la asistencia sanitaria para VIH/sida en su propio país (y en su propia provincia).

Voy a morir. Todo se ha acabado.

Esos fueron los pensamientos que tuve al ver mi resultado del análisis.
Volví al despacho del médico y afuera, al lado de la puerta, estaba mi madre charrando con una conocida. Le dije que quería mostrarle algo en privado, se disculpó, nos alejamos un poco y le mostré.
“¿El qué? ¿Qué es eso? Ah, eso yo tambien lo tengo...”
No, definitivamente no estaba muy enterada de lo que era el VIH. Yo tampoco mucho, a decir verdad, pero algo mas que ella sí.
Entré al despacho. Le dije al médico, con mala hostia: “¿positivo, no?” Hizo un gesto afirmativo con la cabeza, y yo solté, sintiéndome absolutamente impotente: “¡MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA, Y MIERDA!”... “¡si al menos fuera un cáncer!”...
“Un cáncer es peor...”, me contestó el médico. Yo le respondí: “sí, pero algo tan evitable como esto”. Él volvió a asentir con la cabeza. (Meses después me daría cuenta que siendo realistas no es tan fácilmente evitable como me atreví a afirmar, al menos para algunas personas).
Mi madre creo que ya empezaba a entender: “¡pero si tu no te drogas!”. “No, pero tengo SEXO” le respondí.
El médico me dijo que esto ya no era como antes, que él iba a estar ahí para todo lo que necesitara y que me enviaba al hospital de Requena de urgencias. Estoy seguro que fue el primer caso que tuvo en su vida, no creo que siendo médico de cabecera en un pequeño pueblo se esté acostumbrado a este tipo de noticias. Me dijo algunas cosas más pero mi cerebro ya no admitía información alguna.
Enseguida partí para allá con mi madre en su coche, es un viaje de casi una hora pero es el hospital dentro de la misma comunidad más cercano.
Durante el viaje observaba los montes y las rojizas tierras y arcillas que abundan por el valle. Me pregunté cuánto me faltaría para fundirme con aquellas tierras, dejar de existir como un YO y empezar a formar parte de aquel entorno de alguna manera, como tierra, polvo, restos orgánicos o lo que se supone que iría quedando al cabo del tiempo de un cuerpo en descomposición. No mucho, pensé. Curiosamente me invadió una paz interior y lo acepté, me dije que cuando la hora llegara bienvenida sea. Al fin y al cabo, antes o después, iba a llegar de todas maneras. A absolutamente todos por igual.
No recuerdo mucho más de aquel viaje, como dije anteriormente ya me iba encontrando mal varios días y las curvas del camino no ayudaron precisamente a sentirme mejor.
Llegamos y les dimos los papeles a los de recepción. Nos hicieron esperar un rato y me llamaron. Me dijeron que algo no estaba correcto en el sistema, algo tenía incorrecto en mi seguridad social, no supieron decirme el qué, simplemente me dijeron que así NO tenía derecho a la asistencia. Yo me quedé a cuadros al oir eso, justo poco después de que me comunicaran la peor noticia de mi vida y creyendo que tenía una enfermedad mortal.
Hablaron con un médico y él dijo que me atendería pero que luego me pasarían la factura, ya que lo mío no era una urgencia. Claro, como de todas formas me voy a morir y no hay nada que hacer, por eso no se trata de una urgencia, pensé yo. Unos 100€ me cobrarían, por unos rayos X y un análisis de sangre que no se qué coño mostraría, porque ni siquiera analizaron lo más básico e importante que tenían que analizar, algo que en prácticamente todo el mundo se hace inmediatamente al dar positivo para VIH: el recuento de linfocitos CD4, que es lo que ataca el virus, y que muestra hasta qué punto está dañado el sistema inmunológico, siendo vital una detección temprana para evitar futuras complicaciones potencialmente mortales, sobre todo si se esta en fase SIDA como yo ya estaba, y además muy muy avanzada. Bastante tiempo después descubrirían que mi sistema inmunológico ya estaba totalmente destrozado y estaba extremadamente expuesto a cualquier tipo de infecciones oportunistas que en ese estado lo más fácil es que me hubieran resultado mortales.
Pero no, no me comentaron nada de CD4, yo por supuesto todavía no había oído hablar de ello, en las placas de los rayos X no salió nada raro, y de los análisis de sangre no recuerdo nada.
Le comenté a aquel médico que estaba perdiendo peso ya desde hace bastante tiempo (claro síntoma de síndrome constitucional del SIDA) pero lo achaqué a que quizás no me estaba alimentando adecuadamente y él tampoco pareció darle mayor importancia.
Le pregunté que qué esperanza de vida podía tener, y me dijo: “buenooo, si tú nos vas a enterrar a todos”... “¡si lo tuyo es un constipao!”. Palabras que me alegraron muchísimo, pero que contrastarían tremendamente con las de otro médico de otro hospital que me diría: “tú como estabas te podías haber muerto”. Pero me quedé más tranquilo, no me explicaron una mierda sobre la enfermedad pero me dijeron eso, que tendría una esperanza de vida normal, pero que había una cosa que sí que no podía hacer: ser actor porno. Bueno, de todas formas me faltan unos centímetros, así que por esa parte sin pegas, pensé. Que fuera a arreglar lo de mis papeles con la seguridad social y que volviera cuando estuviera todo arreglado, que así no me podían atender de ninguna manera.
Obviamente salí contento del hospital, yo no tenía ni idea que el sida ya no era una enfermedad necesariamente mortal y que ya había cosas para tratala, pero tanto andar de aquí para allá me hizo darme cuenta que realmente estaba bastante débil. Una enfermera me preguntó al ir hacia la sala de los rayos X que si me pasaba algo en la espalda, que andaba encorvado, realmente es que estaba ya tan débil que me costaba andar medianamente erguido. Pero no le dí importancia, pensé que debía de ser otra cosa no relacionada con el VIH, ya que por lo que se veía esta enfermedad hoy en día era poco más o menos “un constipao”.

Lo de arreglar los papeles iba a ser algo que siendo optimistas tardaría mínimo una semana, si no mucho más, no tenía ni idea dónde ir ni qué hacer, además que debido a mi estado estaba ya muy cansado de tanto ajetreo, así que decidimos volver al pueblo a ver a mi médico de cabecera de nuevo, a preguntarle a él a ver qué podíamos hacer.
Le enseñé la factura que me hicieron, diciendo que me iban a cobrar ya que lo mío no estaba considerando urgencias y yo por nosequé asunto con mi seguridad social no tenía derecho a asistencia sanitaria por mucho sida que tuviera. Se quedó un poco perplejo y me preguntó que si quería que me mandara a Almansa, el hospital más cercano pero perteneciente ya a otra comunidad (Castilla-la Mancha), un hospital nuevo con el que mi pueblo tiene acuerdos de asistencia debido a la proximidad.

El de Requena es un hospital más grande y con más especialistas, pero como se ve que lo mio era “un constipao” pensé que Almansa sería suficiente. Y sobre todo me gustó la idea porque está mucho más cerca y es casi todo recta, el camino de ir y volver a Requena me había mareado y agotado muchísimo (a pesar de que yo no conducía) y no quería tener que estar haciendo ese camino frecuentemente. Mirando para atrás, ahora me doy cuénta de cuán débil estaba ya realmente, pero nada comparado con lo que estaba por venir.

Saturday 18 January 2014

6. El peor día de mi vida (II). Mi Pueblo, Enero de 2012.

Llegó nuestro turno y pasamos a la consulta del médico. Yo enseguida le dije que me venía encontrando mal ya una semana o así, flojo, mareado, le dije que a ver si a lo mejor era depresión porque no me estaba encontrando muy animado últimamente.
Nos hizo sentarnos, y enseguida dijo, mirando a una hoja que tenía en las manos: “tienes el hígado inflamado”. Yo pensé que se lo decía a mi madre, ya que tiene cirrosis y estuvo hospitalizada por un problema derivado de ello. Pero no, le pregunté y se estaba refiriendo a mí. Pensé que quizás me estaba pasando con el alcohol, últimamente tampoco bebía demasiado pero en mi época en la Legión sí que había temporadas en las que las borracheras eran diarias, sobre todo el último año en el que sí que se podía decir que estaba ya acercándome al alcoholismo.
Casi que me hizo gracia, bueno, dejo de beber, o bebo menos y listo, no creo que sea gran problema... soy joven y fuerte y seguro que mi hígado se recupera rápido.
Me mandó a que me hicieran un electrocardiograma por lo de que me encontraba mal, supuse. Las enfermeras de ahí me preguntaron que qué me pasaba, les dije mis síntomas y que también había venido a ver los resultados del análisis. Me preguntaron si ya sabía los resultados, les dije despreocupadamente que no. Se metieron a un cuarto cercano y las ví ojendo un papel y oí a una decir: “¡joder!” o algo así...
Volví al despacho del médico con la hoja del electro, lo miró y dijo que estaba bien. Empezó a mirar de un lado a otro, como inquieto, mirando hojas de aquí para allá y sin decir nada... al rato mandó a mi madre a recepción a que recogiera mis análisis y no recuerdo si algo suyo también, yo esperé un rato ahí pero al ver que tardaba bastante fuí a ver qué estaba haciendo.
Por supuesto se estaba enrrollando a hablar con las de recepción, tenía la hoja de mis resultados ya en la mano por lo que se la quité y empecé a andar detrás de ella en dirección al despacho de nuevo. Me paré un momento para mirar la hoja pero habían muchos datos y yo no entendía nada... que si glucosa, bilirrubina, GGT, GPT, monocitos, leucocitos, neutrófilos... me importa una mierda todo esto, ¿dónde coño está lo del sida?... miré al final de la primera página y ahí salía algo del VIH:

1ª prueba blablabla nosequé VIH: POSITIVO

Volví a mirar. Volví a leer. No entendía muy bien lo que decía, sólo entendía VIH.
No. No podía ser. Un momento... algo estaba leyendo mal. A ver si no ponía VIH, a ver si ponía IHV, UIH, o algo parecido, y era otra cosa. Porque no, no podía ser.
Volví a leer. No entendí bien. O no quería entender. Poque simplemente, no podía ser ESO. Pasé la página:

2ª prueba blablabla nosequé VIH: POSITIVO

POSITIVO
POSITIVO

Ahora sí que no había duda. Eran dos pruebas, la segunda de confirmación.
NO, un momento, vuelvo a leer, no puede ser que en las dos ponga POSITIVO, se deben de haber equivocado en una, sí, debe ser eso, por eso hacen 2 pruebas, porque una suele salir mal.


Pero en ambas ponía POSITIVO. Primera y segunda. POSITIVO. VIH... POSITIVO.

POSITIVO
POSITIVO
POSITIVO
POSITIVO
POSITIVO
POSITIVO

Todo a mi alrededor da vueltas. Me invade una angustia inefable, siento un vacío insondable en mi interior, un enorme nudo en mis entrañas. Me quedo paralizado, en estado de shock.
Todo se ha acabado. Me siento terriblemente solo, para siempre jamás.

Voy a morir.

5. El peor día de mi vida (I). Mi Pueblo, Enero de 2012.

Eran las primeras Navidades que pasaba en casa desde hace mucho tiempo, sin embargo ya estaba ansioso por salir a buscarme la vida por Europa otra vez. Había trabajado ya en varios países europeos y no me importaba excesivamente el destino, simplemente quería un trabajo que me permitiera ahorrar dinero con facilidad, aunque fuera trabajo duro. Encontré por internet una oferta interesante, una empresa escocesa de transportes internacionales necesitaba conductores para hacer la ruta Escocia-España. Perfecto, pensé yo, así que enseguida llamé para informarme. Me costó mucho entenderles debido a su acento pero me dijeron que llamara después de las fiestas, lo que me pareció bien ya que las Navidades sí que las quería pasar por una vez con mi familia.
Ya que había fracasado estrepitosamente en mi objetivo de NO tener sexo en África, y aún más en el de usar preservativo, decidí que de verdad ya era hora de hacerme el test del VIH. Lo de África me pareció ya la última frontera que no debía de transpasar, ya era demasiado, esta vez sí que sí que me tenía que hacer las pruebas. Pensé que nunca sería tan irresponsable de hacer algo así en una zona de tan alta incidencia de sida, pero no tenía ni idea de cuán lejos estaba todavía de conocerme realmente. Así que al día siguiente me armé de valor y me fui al ambulatorio local a preguntar cómo se podía hacer.
No recuerdo muy bien el proceso pero si que recuerdo que fue bastante lento y engorroso. Primero había que hablar con el médico para decirle que querías hacerte la prueba, de nuevo preguntaría el por qué, luego había que pedir cita para la extracción de sangre, esta sangre la mandarían a un hospital de la provincia y tendrían los resultados en 2 semanas.
Llegó el año nuevo y volví a llamar a la empresa escocesa. Esta vez me dijeron que primero tendría que desplazarme a Escocia y luego ya hablaríamos. Todavía estaba a la espera de los resultados del análisis pero decidí irme en 4 o 5 días, no más tarde, con los resultados o sin ellos.
Llegó el día de preguntar por el análisis, bajé al ambulatorio y pregunté en recepción. Me dijeron que sí, que ya estaban, pero que tenía que pedir cita con el médico, que era el único autorizado en desvelarme los resultados. Yo les dije que me iba a ir a Escocia ya mismo, a principios de la semana próxima. La cita con el médico sería como muy pronto en una semana, así que estuve apunto de espetarles que yo lo único que quería saber era que si tenía el sida o no, pero al haber tanta gente alrededor me corté un poco y les dije que vale, que me citaran para dentro de una semana, que quizá me iba a ir a Escocia antes por trabajo pero que ya veríamos, aunque yo ya tenía claro que me iba a ir y que no iba a esperar a los resultados, ya que los trabajos así vuelan y no puede uno quedarse dormido en las nubes dejando el tiempo correr. La oferta ya llevaba colgada en internet más de dos semanas.
Me dio mucha rabia que no me lo dijeran ahí mismo, porque la muchacha de la recepción tenía la hoja de los análisis en su mano y ví claramente que la ojeaba, al igual que otra compañera que se asomó por detrás y me miró con una cara un poco rara. Yo pensé que no debía de tener nada, ya que si no me lo hubieran dicho, no pensaba que podrían ser tan irresponsables de dejarme ir para Escocia con algo raro en los análisis.

Llegó el viernes y empecé a buscar vuelos a Glasgow para principios de la semana venidera, había buenos precios, pero precisamente ese día no me encontraba muy bien y decidí esperarme un día más. Al día siguiente me encontraba peor, como mareado, flojo y sin fuerzas, pensándolo bien ya eran unos cuantos días que no me encontraba al 100%. Mi padre me había dicho que había vuelto muy flaco de África, mi madre no me dijo nada ya que estaba acostumbrada a verme volver con muchos kilos de menos cada vez que cogía la mochila y me iba de viaje, pero esta vez había sido sólo una semana y no los varios meses que solían durar mis viajes mochileros.
Así que decidí esperarme unos días más a ver si se me pasaba, no fuera a ser que empezara a trabajar y me pusiera enfermo de verdad a medio camino de Escocia a España, cosa que ya me había pasado en Francia cuando estuve trabajando para una empresa irlandesa y me dio un fuerte ataque de anginas. No fueron nada agradables los 4 días de viaje de vuelta y llegué tan hecho mierda que poco después me tuvieron que hospitalizar debido a la enome infección que tenía.
Sí, definitivamente no quería que esto me volviera a ocurrir así que decidí quedarme unos días mas en casa, por si acaso.

Llegó el día de la cita con el médico, mi madre aprovechó para venir conmigo ya que también tenía que decirle unas cosas del problema por el que estuvo hospitalizada, y yo también de paso le diría que me estaba encontrando mal ya varios días.

Tuesday 14 January 2014

4. Tercio Gran Capitán 1º de la Legión, Melilla, España, Marzo de 2007.

PUM PUM PUM PUM PUM PUM PUM PUM PUM PUM PUM PUM PUM!!!!!!!!
MMMMEEEEEEEEEEEEEEEEEEECCCCCCCCCCCCC...
...pum … pum...

-EH! De quien han sido esos 2 tiros que han sonado después de la sirena??? Cada tiro que se os escape son -5 puntos!!! Si os sobra algún cartucho os lo guardáis!!!

-Pero mi Teniente, aunque se nos escapen 20 vamos a ganar igual... si vamos sobraos, como todos los años... los de Ceuta nos comen la polla. El otro día me dijeron que no pasan de los 300 puntos en los entrenamientos!!! Que mataos!!!

Fuimos a contar a los blancos. 559 puntos en total. Todo un récord. Nuestro récord de la temporada de entrenamiento, y probablemente el récord absoluto de todos los tiempos. Lástima que se tratara de un entrenamiento. De todas formas, sabíamos de sobra que el campeonato de España iba a ser nuestro de nuevo. Sin dudarlo. Cualquier otra cosa hubiera sido un deshonor absoluto para cada uno de nosotros, para la patrulla, y para el Tercio.

Desfile, yo en medio.

Para celebrarlo, y sin servir de precedentes, mientras limpiábamos el armamento el Teniente nos trajo unas botellas de brandy. Luego nos tomamos el día tranquilo y seguimos pimplando en el mesón, por la tarde seguiríamos de bar en bar, y ya de noche solo quedaban abiertos esos sitios donde se podían encontrar bellísimas moras, pecadoras a los ojos de Alá y muy accesibles a cambio de un pequeño desembolso económico: el Angelo, el Goldwyn, y no se cuántos más. Era una tradición, una cuestión cultural, eramos legionarios y ese es el lugar donde nos correspondía estar. También, al igual que ellas, eramos jóvenes sufridores, de mala vida y peor reputación. Llegados desde diversos puntos de la península, cada uno con su historia, cada uno con su razón, eso si, todos dispuestos a dar nuestra vida por España si fuera necesario. Si estando sobrios no le teníamos miedo a la muerte, desde luego estando borrachos no le íbamos a tener miedo a tirarnos prostitutas a pelo.

Unos años después estaría cerca de morir, pero no en la guerra precisamente.

De esta época, como descubriría posteriormente al hacerme un análisis en 2009, ya licenciado de la Legión, no pillaría absolutamente nada. Sólo las costumbres.

3. Bubaque, Guinea-Bissau, Diciembre de 2011.

Después de mi vuelta en bici por la isla, comí algo y fui al centro del pueblo a ver si veía a Courtinho. No tardé en localizarlo. Me mostró su “rompedor” negocio, un chabolo que había alquilado con unas cuantas cajas de cerveza tiradas por el suelo y un radiocassete de los 80 que a duras penas trataban de arreglar. Según él, el negocio lo iba a petar, ya que en Guinea-Bissau alcohol+música = negocio seguro, y en la isla todavía no había ningún chiringuito como el suyo. Si que tienen bastante en común con los brasileiros estos guineanos, reflexioné. Realmente estas islas tiene un gran potencial, el fallo es que las playas no son buenas y es arriesgado bañarse, pero mejor, así nunca atraerá al turismo de masas y seguiremos viniendo cuatro gatos interesados en las culturas locales, el ecoturismo o cosas así.
Dieron por imposible arreglar el radiocassete, asi que Courtinho me ofreció mostrarme un poco de la gastronomía y los bebercios locales. La comida creo recordar que era bastante similar al 80% de la gastronomía básica planetaria: arroz con algo, picante esta vez, eso sí. El bebercio local resulto ser algo que ya había probado en algunas áreas tribales de India, un líquido que sacan con facilidad de un árbol que no si es el de palma, dicho liquido fermenta muy rápido y ya tienes para emborracharte. Algunos le echan agua para diluirlo un poco, y claro así sacarle mas provecho al venderlo. Aun así era baratísimo, valía la cuarta parte o menos que la cerveza, por supuesto mucho mas asequible para la población local. No olvidemos que en muchas áreas del planeta comprarse una cerveza es un lujo, puede suponer el equivalente a un día de trabajo o incluso más.


Fruto del anacardo, principal exportación de Guinea-Bissau
(sin contar la cocaína procedente de Sudamérica, pero eso no es un producto local)

Casualmente vimos a las 2 españolas en una especie de chiringuito bebiendo cerveza. Seguían rodeadas de locales queriendo ligar con ellas. Me contaron que querían ir a nosequé isla cercana, y les dije que les saldría caro, ya que no había transporte publico y que tendrían que alquilarse una barca. Me dijeron que ya lo tenían hablado con un pescador, que las llevaría a la isla a cambio de unos pequeños favores sexuales. Según ellas ya lo habían hecho así en Belice y en México, y les fue bien, ¿para qué gastar dinero entonces? Yo desde luego no era quién para juzgarles. También me comentaron que en las playas de Gambia no era raro ver a blancas turistas de 70, 80 y mas años acompañadas de robustos jóvenes locales. Mucha gente se piensa que el turismo sexual es algo exclusivo del género masculino, nada mas lejos de la realidad.
Hablando de esto y de lo otro vino Courtinho a decirme que había una chica esperando fuera que me quería conocer. Supuse que me había visto en el barco. Pasé bastante del tema pero ya cuando salimos y nos íbamos cada uno a su hostal, trajo a la chica para presentármela. Era muy joven, guapa, pero muy seria y con una cara de mala hostia considerable. Me mostré bastante antipático, aun así quedamos para luego por la noche. Sospeché que se trataba de una prostituta o de una que buscaba un blanco para engancharlo y que la llevara a Europa, no me gustó esa actitud distante y seria (quizá era timidez) y estaba bastante reventado de la bici de por la mañana, así que no fui a la cita.
El día de volver a Bissau volví a verla en el barco. También estaba Courtinho. Courtinho se sentó junto a ella y me invito a sentarme al otro lado de la muchacha. Volví a mostrarme antipático y un poco maleducado, vuelvo a repetir que NO quería acabar bajo ningún concepto en la cama con ninguna local y cometer alguna locura. Al cabo de un rato, como la travesía en el barco se iba haciendo larga, bajamos al bar a tomarnos unas cervezas... ahí ya nos empezamos a soltar sin remedio, cada vez más y más. En el barco había otra chica que me gustaba más, una muy alta y con cuerpo de modelo, pero ya estaba otro intentando ligar con ella. Miré a mi alrededor y vi que mucha gente estaba ligando, locales y los pocos extranjeros que había por igual.


Los bissau-guineanos son buena gente, pero a algunos el alcohol también les afecta negativamente.
Pelea en el barco.

Al llegar a Bissau ayudamos a la chica a descargar sus bártulos, mochilas, pescados y gallinas que había comprado, no recuerdo o no entendí muy bien que pasó (nao falo portugués), pero la chica al final se fue sola a casa en un taxi. Como yo ya iba contentillo de las cervezas, casi que me dio lástima, pero me dije, mejor, así cumpliré mi objetivo de NO tener sexo.
Courtinho me llevó a ver a unos amigos suyos que luego me llevarían muy amablemente a un hotel que me recomendaron y que pillaba cerca de la estación de “autobuses”, pensaba yo que me pedirían dinero o algo por llevarme pero que va, fueron muy amables y atentos. Estaba cansado y me había pasado un poco con la bebida, así que me di una ducha y me acosté. Al minuto me llama Courtinho, que ha estado hablando con la chica, que quiere verme. Le digo que estoy muy cansado y que no, que me voy a dormir y que no voy a ir a ningún sitio. Me dice que OK pero a los 5 minutos me llama otra vez. Que no hace falta que vaya a ningún sitio, que la chica viene al hotel, que de verdad quiere verme, y que no es ninguna prostituta ni nada parecido. Debido a su insistencia al final accedo, que vale, que venga si quiere verme.


La mayoría de las chicas que ví tenían muy buen cuerpo.

Llegó como a la media hora. Estaba guapísima, radiante, y mucho más sonriente de lo que estaba el día anterior. Yo no sé qué es lo que quería exactamente, le dije de ir a comer algo, pero ya había cenado. Se excusó diciendo que tenía que ir al baño, yo aproveché y me tiré en la cama. Cerré los ojos por un momento y cuando los volvía a abrir vi lo que en un principio supuse un espejismo, una alucinación, un sueño... frente a mí se encontraba el cuerpo más perfecto que jamás había visto hasta la fecha, un cuerpo negro desnudo de unas proporciones absolutamente perfectas, duro y atlético sin llegar a ser musculoso o masculino, en el que contrastaba su sexo de color rosáceo y totalmente depilado. Se me acercó, se tumbó en la cama junto a mí, y mientras me besaba empezó a desnudarme. No tardé en colocarme encima de ella, erecto, dispuesto a penetrarla y fundirme en aquel maravilloso cuerpo. Sólo tenía que tomar una pequeña precaución, por si acaso. Sólo tenía que alargar el brazo izquierdo, abrir la cremallera de la mochila y sacar la caja de preservativos. No tenía ni siquiera que levantarme. Pero aquella idea no era algo real, era una quimera imposible de cumplir y se esfumaría inmediatamente de mi mente. Todo era demasiado perfecto, demasiado mágico, puro y natural como para estropearlo, aunque sea un poco, con un trozo de plástico artificial de por medio. Quería sentir ese momento al máximo, quería sentirme dentro de ella, sin barrera, sin límites, cuerpo con cuerpo, sexo con sexo, alma con alma... la penetré... nuestras lenguas se entrelazaron pasionalmente, nuestros sudores y olores se disolvieron con los del otro, y en el momento en el que nuestras miradas se cruzaron nuestras almas se fundieron en una. Y esta superalma no tardaría en fundirse con el resto del Cosmos, desde las más minúsculas partículas microscópicas hasta los más lejanos planetas y galaxias...

El clímax no tardaría en llegar y mis fluidos se derramarían por sus paredes vaginales sin frenos ni barreras.

Saturday 11 January 2014

2. Banjul, Gambia. Diciembre de 2011.

Era mi primera vez en el África Negra, y estaba emocionado por ello. Al bajar del avión noté una agradable brisa cálida y lo primero que me llamó la atención fue que en los autobuses que te llevan a la terminal pusiera “transport metropolitá de Barcelona”, o algo así, eran viejos autobuses de segunda mano que venían desahuciados de España.
Mi destino realmente era Guinea-Bissau, país del que había leído muy buenas cosas, sobre todo lo que me llamaba la atención es que era muy poco turístico, y la gente todavía no estaba corrompida con el turismo de masas que había invadido las antaño virginales playas de Gambia. En esos sitios turísticos del tercer mundo abundan los timos, las estafas, la gente que te quiere sacar dinero por todos los lados, y es muy desagradable. Yo quería conectar con la gente local de verdad, conocer la autentica cultura y forma de vida del lugar.

Guinea-Bissau está a un paso de Gambia.

Un amigo había estado en África hace poco, África del Este, me comentó que tuvo algún ligue que otro y no había usado condón. “Pero tu estas loco!”, le dije. “Yo jamás haría algo así en África, jamás de los jamases, tu sabes la de sida que hay allí?”
Si, definitivamente me había propuesto NO tener sexo bajo ningún concepto, ni con condón ni nada. Yo venía simplemente a ver el país, a ver la cultura, quedaba descartado cualquier contacto sexual de ningún tipo. Punto.
Gambia no me interesaba para nada así que quería cruzar directamente a Senegal y hacer noche en Ziguinchor, donde sacaría el visado para Guinea. El medio de transporte habitual en esta zona de África son los taxis compartidos, conocidos como “sept-place”, coches destartalados en los que son incrustadas 7 personas a presión. Hice noche en Ziguinchor, saqué el visado y ese mismo día partí hacia Bissau, ciudad con un alojamiento caro de cojones por cierto, sobre todo tratándose de uno de los países mas pobres del planeta. Creo que pague 40 o 50 euros por noche en el hotel más barato y cochambroso de la ciudad. Me llamo la atención un edificio que vi en el que había una cola enorme de personas esperando afuera. Luego vi que se trataba de un centro de ayuda para personas con VIH. Sí, definitivamente no iba a tener sexo en ese país, ya me conocía y eso de usar el condón sin excepción no era una idea realista para mí. De Bissau partiría en barco hacia las Islas Bijagós. Pensé que el viaje en el barco iba a resultar pesado y aburrido, pero qué va, era casi como en una discoteca, buena música a todo volumen, mucho alcohol rondando de aquí para allá y en general un ambiente muy festivo. Me recordaba bastante a Brasil, no solo por el idioma si no también por la alegría de la gente, y la belleza de las mujeres.
En el barco conocí a Courtinho, un local que había estado años viviendo en Valencia y hablaba un español casi perfecto, la crisis le obligó a volver a su país y ahora quería mirar oportunidades de inversión en la isla de Bubaque. Era un hombre culto e inteligente, interesado en política entre otras muchas cosas. Me comentó que a diferencia de en otros países europeos que había vivido, en España se sentía integrado de verdad, y había hecho grandes amigos.
También había otras dos españolas en el barco, una rondaría los 50 y la otra bastante, o muy gordita, cosa que se ve que atrae bastante a los jóvenes locales porque no paraban de intentar ligar con ella. Con su amiga, que para mi gusto estaba de mejor ver, no lo intentaban tanto. Una prueba mas de que eso de la belleza es una cuestión cultural.
Después de haber viajado bastante por Asia, me chocó bastante ver la indiferencia con la que tratan al europeo en este país africano, nadie se te queda mirando fijamente, nadie te para a bombardearte a preguntas personales o a hacerse fotos contigo, nadie intenta timarte por la calle... simplemente eres uno más, pensé que llamaría la atención un blanco entre tanto negro pero no, por lo menos en la capital no especialmente.

¿Dónde está Wally? O mejor dicho: ¿dónde está el blanco?

Como estaba hambriento decidí buscar algo de comer, baje a la planta de abajo, había un grupo de muchachas riendo y bromeando y al pasar por al lado de una de ellas me coge de una mano y me la pone en sus tetas. Así, si mas. Me dice algo que no entiendo y yo consigo vencer a mis impulsos y pasar educadamente de ella, ya que, como dije anteriormente, me había propuesto firmemente NO tener sexo. Por miedo al sida, mas que nada, ya que mi cerebro en momentos de excitación deja de funcionar con normalidad y no entiende de razón, de peligros, de protecciones ni de ETS. Así que lo mejor sería la abstinencia absoluta. Sólo iba a ser una semana, no podía ser tan difícil.
Debía de tratarse de una prostituta, o algo parecido. Al principio me puso caliente el sentir el tacto de sus senos en mi mano, pero luego la fui mirando mejor y tenia pinta chunguilla. Una cicatriz en la frente medio infectada, y vete a saber cuantas ETS debía de tener. Pero siguió dándome la chapa, se pegó a mí y yo no podía deshacerme de ella de ninguna manera, le dije que estaba casado, me dijo que eso en Europa, allí no lo estaba, ademas que en ese país hay varias culturas polígamas, como la musulmana y alguna matriarcal como en la isla de Orango Grande, donde son las mujeres las que mandan y escogen a sus maridos. Así que la mentira de estar casado no me servía de mucho.
Poco antes de que el barco atracara, conseguí escabullirme y perderla de vista, le dije a Courtinho que ya nos veríamos por la isla, pero no, no hubo manera, fue pisar tierra firme y la tía enseguida me dio alcance. Que si chupa-chupa, muito gostoso y no se que más, la tía estaba llevando mis instintos y hormonas ya al límite y no se como acabamos mirando una habitación en la que ya nos íbamos a quedar, pero no, la tía tenia unas pintas bastante chungas, así que al final me cabree y la deje ahí plantada, le dije que me dejara en paz, me fui a paso ligero en dirección a un hostal barato que salia en la Lonely Planet, pero la tía me seguía y me seguía por mucho que le dijera y que ya le gritara al final, no se si acabo pidiéndome dinero o que, que no tenía sitio para dormir o que se yo, no me acuerdo lo que pasó que al final me la quité de encima... es frecuente que en el tercer mundo muchos occidentales nos sintamos como sex-symbols pero muchas veces lo que se esconde detrás de esto son las necesidades de la población local. Aunque también hay veces que la atracción es real y verdadera.

La guarrilla del barco.

Me fui a dormir yo solo al susodicho hostal, libre de peligrosas atracciones carnales difíciles de controlar. Al día siguiente, visto que en la costa no se podía bucear y apenas nadar, ya que había fuertes corrientes y tiburones, decidí alquilarme una bici para recorrerme un poco la isla. Me bañé en alguna playa un tanto rocosa sin meterme demasiado, y me fui adentrando hacia el interior de la isla. Aquí la vida si que era mas primitiva, y un blanco ya iba llamando más la atención. Cada vez que pasaba por una aldea, los niños salían corriendo detrás de mi gritando “branco, branco!”, curiosamente la misma escena al revés hubiera quedado un tanto racista, si un negro pasara por una aldea española y los niños corrieran detrás de el gritándole “negro, negro!”. En fin, cosas de niños.

Vistas desde mi habitación. De la cama al agua en cero coma.


La otra punta de la isla estaba a apenas 14 km, eso para mi en otros tiempos no era nada, pero vi que me estaba costando. Me quedaba sin aire, sin fuerza, la cabeza me empezaba a doler un poco y las pocas bicis que habían en el camino me adelantaban a gran velocidad. Pensé que era mi sedentaria vida de camionero lo que estaba aniquilando mi antaño excelente forma física. No le di mayor importancia, no llegué al final de la isla ya que me estaba cansando bastante y decidí dar media vuelta.

Friday 10 January 2014

1. Birmingham, Reino Unido. Noviembre de 2011.

Tras mi último reparto, yendo de camino de vuelta a la base a dejar el camión y volver a casa, recibo una llamada al móvil. Mi madre esta grave en el hospital. Al llegar a casa reservaría un billete inmediatamente y a poder ser mañana mismo volaría para España.
Solo llevaba unos 2 meses trabajado en Birmigham, pero parece que había sido mucho más. Había muchos días que me sentía flojo, como falto de energía. Ya nunca salia a correr, nunca hacia deporte. Quizá era la edad, o que simplemente me estaba haciendo vago. También comía bastante menos que antes, lo achacaba a hacer poco ejercicio, y había adelgazado. Una noche que cené con un amigo realmente me di cuenta, apenas me comí media pizza para cenar cuando yo antes dejaba boquiabierta a la gente con mi voracidad. Si, lo de la disminución del apetito debía de ser la edad, acababa de cumplir los 28 y ya no era digamos un adolescente.

O quizá sea otra cosa. A ver si he pillado algo. Mi ultimo viaje por el sudeste asiático, en el que visité Malasia, Singapur, Filipinas y Tailandia, fue a ratos una auténtica locura. Sobre todo tras acabar cansado de las mentiras de un ligue con el que pase la Navidad y el Año Nuevo en Filipinas, cuando acabé con ella y me fui a Tailandia, donde pasaría el último mes de mi viaje casi íntegramente en Bangkok, salvo un pequeño viaje a Pattaya, la Sodoma y Gomorra tailandesa. Estaba cansado de tanto drama, tanto “do you love me?”, tantas películas en la cabeza que se montaban algunas chicas. No, no me voy a casar contigo, no, no te voy a llevar conmigo a Europa... yo simplemente estoy de viaje mochilero, y lo que quiero es disfrutar, pasarlo bien, y lógicamente echar un polvo de vez en cuando. Si me enamoro, pues bien, pero no creo que sea el caso.

Receta de la felicidad:
Una isla tropical, un ligue local, una motillo para recorrer la isla, una playa desierta y un poco de dinero para comer y no dormir al raso. ¿Pa qué más?

Tras unos cuantos mares de lágrimas, sentirme culpable por destrozar el corazón de alguna que otra, unas cuantas toneladas de mentiras, por mi parte y por la contraria, empecé a llegar a la conclusión de que lo más práctico, fácil y barato era meterse a un “bar”, beberse unas cervezas, disfrutar del ambiente y dejar que las “bar-girls” hicieran su trabajo.
El condón, frecuentemente, brillaría por su ausencia... tanto con las “bar-girls” como con las “civiles”...
 
Con un par de bar-girls filipinas. Qué tío más guarro.
No tengo ni idea de cómo acabé de jurado en una gala de misses. Angeles City, Filipinas.

El caso es que las veces que había ido hasta entonces al médico se podían contar con los dedos de la mano, y no tenía ni idea como funcionaba el sistema sanitario británico, dónde había un hospital cercano, dónde podía ir a hacerme las pruebas, que tenía que llevar, etc etc Fue pasando el tiempo, ya lo haría otro día, otro día, otro día...

Cuando llegué a España mi madre ya llevaba 4 días hospitalizada. Se le reventó una variz en el esófago, se quedó inconsciente, y tuvo suerte de no haberse quedado en el sitio. Tardaría unos días mas en salir. Yo normalmente me quedaba a dormir en la incómoda butaca, luego me cambié a una barata pensión cercana, ya que el hospital donde estaba mi madre ingresada esta lejos de mi pueblo.
Ya que iba a pasar varios días allí, pensé que seria bueno que me hiciera las pruebas. Hay un centro de donación de sangre, mi padre me dijo de ir a donar pero aquel día no estaba muy por la labor. Me encontraba cansado, debía de ser de no dormir bien, pensé, y además en ese momento no lo relacione con que si salia algo raro me avisarían (creo).
Pero me informé de dónde me podía hacer las pruebas. Me dio vergüenza estar ahí esperando en un área que no me acuerdo como se llama que tienen para atender a la gente con sida. Había un joven de raza negra sentado esperando cuando fuí, enseguida pensé, pobrecito, seguro que tiene sida, no le debe de quedar mucho de vida.
En un momento que salio la doctora hice acopio de valor y fui a preguntarle, que donde me puedo hacer la prueba del sida. Me hizo pasar a su despacho, me pregunto que por qué quería hacérmela, obviamente le conteste que porque había tenido prácticas de riesgo, aunque todavía no entiendo el por qué de la pregunta... Le dije de donde venía, y me dijo que no me correspondía hacérmelas ahí, ella me daría cita para que me sacaran sangre pero que luego el médico lo mas seguro es que no me atendería. Creo que me dijo que tenia que ir a mi médico de cabecera en mi pueblo para hacerme la prueba, que por cierto en esa época no tenia ni idea de quién era. En mi pueblo ya veremos si me las haría, si me daba palo preguntar ahí donde nadie me conocía, en el pueblo donde todo el mundo se conoce y se sabe todo de todos pues mucho más.
Mi madre salio del hospital antes de lo previsto, antes de la fecha que tenia cita para la extracción de sangre, así que lo deje correr. De todas formas, lo mas probable es que no me hubiera servido de nada, quizá ni llegarían a sacarme sangre y el médico no me daría cita ninguna. No me correspondía a mi hacerme las pruebas en ese lugar, me dijeron.

Mi madre estaba mejor de lo que esperaba, en principio había cancelado un viaje de 2 semanas para dentro de unos días, había pillado un chollo por internet, un vuelo de ida y vuelta a Gambia por menos de 200 libras, pero al final lo que hice fue cambiar la fecha de ida e irme apenas una semana. No era mucho, pero mejor que nada.

0. Mi Pueblo, España. 10 de Enero de 2014.

Hoy hace exactamente 2 años conocí mi diagnóstico como VIH positivo. Hace exactamente 2 años mi vida daría un giro de 360 grados, mi vida nunca volvería a ser igual, yo ya nunca volvería a ser el mismo, mi existencia cambiaría para siempre jamás. Contraje la enfermedad mas sucia de todas, la mas ruin, la única que te convierte en un ser infecto y despreciable a ojos de mucha gente. Porque no es una enfermedad lo que contraes, en realidad contraes el estigma social, el rechazo, la depresión, la desesperación, la impotencia, el sufrimiento mental, el ver que todos los pilares que sostienen tu vida se derrumban uno a uno.
Estos 2 años han sido un camino muy largo, muy duro, con infinitos baches, divisando la muerte en varias ocasiones, pero poco a poco el camino está empezando a mejorar . El camino nunca va a llegar a su fin, es un camino que no va a ninguna parte, el VIH por ahora no tiene cura, pero en mi caso esta pasando de ser un lodazal lleno de zarzas y socavones a ser un bonito camino campestre rodeado de césped y flores. Y desde luego, esta enfermedad ya no es la inevitable caída por un barranco hacia la muerte que era hace no muchos años.
Se puede decir que durante estos 2 años mi primer pensamiento que me venía a la mente y el último que tenía al acostarme era siempre el mismo: soy VIH+. Luego, prácticamente durante todo el día era un pensamiento continuo, permanente, constante, 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año. Por lo menos el primer año sí que fue siempre así.

2 años después, increíblemente, veo que el VIH esta empezando a pasar a un segundo plano en mi vida. Jamás pensé que eso podría llegar a ser posible, desde luego nunca sabemos las sorpresas que nos depara el futuro. Por muy mal que estemos, por mucho que no veamos nada, que creamos que nuestra vida ya no vale ni valdrá la pena nunca mas, desconocemos los avatares del futuro y siempre debemos guardar un atisbo de esperanza. Por si acaso, aunque sea. Este es un mensaje que también quiero transmitir.



El de la izquierda era yo en Mayo de 2012. Ya llevaba 2 meses y medio con terapia antirretroviral y ya había mejorado muchísimo. Se podía decir que ya estaba “bien”. Lastima que no me hiciera fotos cuando estaba realmente “mal” con 64 kilos y bajando. Ahora estoy con 90, mi peso habitual, y mas o menos con el aspecto de la foto de la derecha, de Octubre de 2013.
He pasado de no poder apenas andar con 64 kilos, primero por puro síndrome constitucional del sida, y mas de un año después por una polineuropatía crónica; a correr ultramaratones con 25 kg más en el cuerpo y con proyectos deportivos cada vez más y más ambiciosos. Mis límites ya están pasando de estar dibujados por mis enfermedades a estar dibujados por mi propia mente.
Pretendo demostrar que los VIH+ y enfermos de sida no sólo podemos llevar una vida normal, si no también hacer cosas extraordinarias. No tenemos por que ser gente débil y enferma, no tenemos por qué ser minusválidos, cierto es que es frecuente que tengamos problemas derivados de, sobre todo los que estuvimos en fase sida avanzada, y cierto que yo estoy teniendo muchísima suerte de estar como estoy con todas las mierdas que he ido pillando y que iré explicando mas adelante, pero hay una tremendísima desinformación de lo que significa tener VIH/sida, probablemente derivada de la ola de pánico de los 80-90, cuando muy poco se sabía y muy poco se podía hacer para controlar el virus.
Para que entiendan un poco de donde partí hace 2 años, daré un par de datos: nivel de CD4= 26 y carga viral= 3.4 millones, y un link con un gráfico de la wikipedia para entenderlo:
(el gráfico corresponde al desarrollo típico de sida, hay una minoría de casos como el mío en el que no hay periodo de latencia y se desarrolla sida en menos de un año desde la infección)

Intentaré ir desarrollando en este blog de la manera mas clara, sincera y transparente posible, el qué, el cómo, el cuándo, los porqués, los riesgos, los no riesgos, las polémicas implicaciones ético-morales que conlleva ser portador de este virus, lo que es aceptable, lo que no, lo que opinan estos, lo que opinan los otros, los progresos, los retrocesos, las curiosidades, las novedades, las alegrías, las tristezas, las frustraciones, los éxitos, los fracasos... mi objetivo también es dar a conocer un poco más esta enfermedad (y mis otras 2 de las que ya hablaré), una enfermedad de la que todo el mundo ha oído hablar pero que muy poca gente conoce realmente. Con que haya sólo una persona que haya aprendido algo, o una sola persona a la que haya ayudado a motivarse o recuperar la esperanza, ya habrá valido la pena. Tampoco quiero hacer de esto un aburrido folleto médico informativo que nadie se molestaría en leer, así que iré contándolo de una manera totalmente subjetiva y a través de mis experiencias, empezaré la historia unos meses antes de conocer mi diagnóstico, cuando los primeros síntomas ya estaban asomando poco a poco.

1- Septiembre de 2011, ya era VIH+ y aún no lo sabía. 83 kg.
2- Mayo de 2012. Había empezado la terapia hace 2 meses y pico y estaba mejorando mucho. 70 kg.
3- Octubre de 2013. Mas o menos de vuelta a la "normalidad". 90 kg.