Tuesday 10 June 2014

19. De camino al cielo. Diciembre de 2012.

Morí pocos días después de mi 29 cumpleaños.

Debió de ocurrir muy rápido todo ya que apenas recuerdo nada del momento de mi muerte. Sólo recuerdo el estar volando de camino al cielo. El camino era recto, rodeado de majestuosos árboles gigantes dispuestos simétricamente a ambos lados del mismo. Por los árboles me pareció ver, correteando y jugando, animalillos celestiales que se giraban curiosos a mirar quién era el afortunado que dejaba para siempre atrás el cruel y despiadado mundo carnal. Detrás de los árboles llegué a vislumbrar paradisíacos jardines extendiéndose hasta el infinito, y grupos de ángeles jugando, descansando, o meditando plácidamente en ellos. Me pregunté sobre qué podrían estar reflexionando estos ángeles: ¿les podía inquietar, en su perfecta realidad y existencia, los problemas del plano existencial físico, del mundo de los mortales? El sufrimiento, las guerras, el hambre, las enfermedades, el sida... ¿o por el contrario, serían conscientes de que todo esto forma parte de un plan divino, un plan, que a mi como mortal recién muerto, todavía se me escapaba por completo?
También me pregunté si ahora, ya fallecido, se me empezarían a desvelar estos y otros misterios existenciales. Sin duda, estaba ansioso por saber más de esta nueva vida eterna, aunque pensé que no tenía sentido ponerse ansioso ya que, valga la redundancia, tenía una eternidad por delante para descubrir sobre el todo de la existencia, el por qué hay algo en vez de nada, y otras preguntas ante las cuales los mortales no muertos no pueden hacer mas que rendirse ante la enormidad de su ignorancia.
Mientras seguía avanzando por el camino al cielo tampoco comprendía cómo era posible que no estuviera yendo de camino al infierno, el lugar en el que realmente esperaba pudrirme después de muerto, debido a mi pecaminosa vida salpicada frecuentemente por actos de, cuanto menos, dudosa moralidad. Pensé que quizá ya había pagado por todos estos pecados en vida, ya que éste ultimo año había sido un auténtico calvario, y ya habiendo pagado por los pecados, morí justo en el momento adecuado, antes de volver a tener energías para volver a dejar guiarme por los caminos de Satán.

Seguí por el camino, siguiendo una luz cegadora que se perdía entre el azulísimo cielo, cuando dislumbré un imponente castillo en el horizonte. Fuí acercándome poco a poco, el camino se bifurcó en dos, pero yo no tuve ninguna duda de que mi camino era el del castillo. En la puerta del mismo ví que ya había un ángel esperándome, sonriente y con cara de bienvenida. Decidí aparcar el coche ahí mismo. Sí, efectivamente, mi destartalado Nissan Micra me acompañaba en el camino, lo cierto es que al haber vivido tantas aventuras juntos le había cogido cariño, y más de una vez llegué a sospechar que también tenía alma. En ese momento me dí cuenta de que probablemente hubieramos muerto en un accidente de tráfico, debió de ocurrir todo muy rápido, lo que explicaba el que no me acordara de nada. Me supuso una cierta alegría el saber que no había sido el sida o el linfoma lo que me había llevado, porque sin duda el sufrimiento y la agonía hubieran sido infinitamente más largos. Que paradoja, tanta lucha y preocupación por la enfermedad para ahora morir de algo que no tenía nada que ver con ello. En el fondo, me supo a victoria.

"Cheers mate! 'you all right?"
Éstas fueron las primeras palabras del ángel. Me quedé un poco de piedra al ver que hablaba en inglés, pero claro, siendo el inglés el idioma internacional por excelencia, la cosa tenía su lógica. Yo más o menos ya me defendía con el inglés, pero no sé cómo se las apañarían los recién fallecidos no angloparlantes. Seguramente deberían de hacer un curso, al menos inglés básico, antes de poder acceder al cielo. No se cual fué el razonamiento mental que siguió mi cerebro metafísico para pensar en seguida que en el infierno se debería de hablar español, lo cuál me volvió a hacer reflexionar sobre si realmente no me habrían confundido con otro fallecido reciente. Quizá habían transpapelado o confundido algunos documentos, y una bellísima persona estaría padeciendo un sufrimiento indescriptible para toda la eternidad en mi lugar.
Esta idea me hizo ponerme blanco y tragar saliva, yo por si acaso no dije nada y seguí la corriente al ángel, que me hizo pasar amablemente al interior del castillo. Suponía que ahora me tendrían que hacer un juicio final antes de poder acceder al cielo, o tendría que rellenar unos papeles, o me darían un carnet de identidad celestial, yo que sé lo que tocaba ahora, fuí bautizado de pequeño y tomé la comunión pero a partir de ahí mi seguimiento del cristianismo a sido prácticamente cero. Es más, lo desprecié y ridiculicé con frecuencia como religión o creencia, una razón más para pensar que me habían confundido con otra persona, una buena persona que realmente sí que merecía ir al cielo, quizá otro fallecido en el mismo accidente de tráfico que yo, pero no yo.

"Mira tío, esta habitación está vacía, pero no va la luz" me dijo el ángel en su inglés correcto pero informal. "El problema no es del tubo, es que a esta habitación no llega la electricidad, no sé por qué."
¿Electricidad? ¿Cómo que electricidad? ¿No estábamos en un mundo metafísico, más allá de electrones, protones, iones, y leyes físicas elaboradas por Satán para joderles la vida a los estudiantes de bachillerato?
"Te enseñaré la otra habitación vacía, está arriba, pero es más cara. Ah, mira ahí viene otra compañera. Hola Ellen!"
Pensé que se debía de tratar de otra mortal recién fallecida, porque a decir verdad no tenía pinta de ángel. No tenía ni alas. Y ahora que me fijaba, el otro ángel tampoco.
"¿Otro más que se viene a vivir aquí? No tenemos más sitio en la cocina ni el las neveras! Háblalo con la empresa primero, porque aquí ya no cabe nadie más!!!"
Me chocó un trato tan brusco , me esperaba bastante mejor rollo en el cielo. Quise preguntarle algo a la chica, pero en lugar de ello me paré a reflexionar un momento:

electricidad...
dinero...
neveras...
empresas...
gordas antipáticas...

Ahora caigo. No estoy de camino al cielo. No he muerto todavía. Ahora lo recuerdo, simplemente venía a Northampton a mirar la otra propiedad de la que me habló la empresa de seguridad, en la que tenían una habitación libre. A pesar de que el lugar parece paradisíaco, sigo en el despiadado mundo de los mortales. Sigo teniendo sida, linfoma, y vete a saber cuantas cosas más.
No he muerto todavía. El sufrimiento todavía no se ha acabado.


MIERDA.

Thursday 5 June 2014

18. NO somos peligrosos.

Por lo menos eso es lo que parece mostrar hasta ahora el estudio PARTNER, comenzado hace 2 años y que terminará en 2017, sobre los que tenemos carga viral indetectable por un tiempo.
Se ha llevado un seguimiento de 767 parejas, tanto hetero como homosexuales, en la que uno tiene el VIH y el otro no, pero mantienen relaciones sexuales sin condón, y no utilizan terapia pre- ni post-exposición. El positivo está varios años en tratamiento y tiene carga viral indetectable:

http://gtt-vih.org/actualizate/la_noticia_del_dia/14-03-14
http://www.aidsmap.com/No-one-with-an-undetectable-viral-load-gay-or-heterosexual-transmits-HIV-in-first-two-years-of-PARTNER-study/page/2832748/
http://i-base.info/htb/24904

Más de 45.000 relaciones sexuales.

CERO infecciones.

El estudio viene siendo parecido al llamado "Swiss Statement", que dice que una persona con VIH mientras tuviera la carga viral indetectable por más de 6 meses y no tuviera otra ETS se podía considerar sexualmente NO infectivo. Se distingue del estudio PARTNER en el que éste también incluye perejas homosexuales y con otras ETS.
http://www.aidsmap.com/Expert-statements-and-guidance-for-individuals/page/1322904/

Si bien es cierto que es imposible demostrar estadísticamente que en estas condiciones nunca jamás fuera a haber una infección y que es imposible medir matemáticamente el riesgo real absoluto, ante tan abrumadoras estadísticas uno de los presentadores del estudio PARTNER no pudo dejar de afirmar sobre el riesgo que "nuestra mejor estimación es que es cero".
Probablemente nunca se podrá saber con total certeza a menos que podamos saber nuestra predisposición genética, de la que hablaba hace un par de posts, pero yo tengo clarísimo que con que fuese, y sobre todo, con que se me considerase "no peligroso" o "no infectivo", me quedaría total y absolutamente satisfecho, la enfermedad en sí es lo de menos.

Saquen ustedes sus propias conclusiones.

Si estás en una relación serodiscordante, aún puedes participar en el estudio:
http://www.partnerstudy.eu/
http://www.partnerstudy.eu/Portals/0/Brochures%20Posters/Pamphlet_spanish.pdf

Tuesday 3 June 2014

17. "Como médico, preferiría tener VIH a tener diabetes".

Eso es lo que comenta un médico británico en un lúcido artículo sobre la realidad de lo que es el VIH a día de hoy:

http://www.spectator.co.uk/features/9185591/why-id-rather-have-hiv-than-diabetes/

Está en inglés, pero para el que no lo entienda se puede resumir en que el VIH hoy en día es más controlable que por ejemplo una diabetes tipo 2, que la esperanza de vida con VIH es prácticamente igual que sin el virus, frente a los 10 años menos de media de la diabetes, que casos tan graves como el mío apenas se ven ya, y que el problema real sigue siendo el estigma que hace que los VIH+ suframos 10 veces más de depresión que la media, por muy controlabe que sea el virus.

También comenta que todo el progreso que ha hecho la ciencia luchando contra el VIH sólo es expresado en un susurro apenas audible, ya que si le realidad se enfatizara y la sociedad se diera cuenta de lo que realmente se ha avanzado, se teme que la gente ya no se preocuparía por infectarse. Claro que por otra parte que el susurro sea tan pequeño también contribuye a que el estigma de ser positivo siga siendo tan enorme y tan desfasado cronológicamente.

Nada nuevo que no haya dicho yo ya miles de veces. El VIH a día de hoy es una enfermedad psicológica y social, el virus en sí ya no es nada que no se pueda controlar con unas simples pastillas. El estigma y todo lo que ello conlleva es ahora lo grave de la enfermedad.