Seguimos con la historia...
Unas semanas después de haber dado
positivo en Enero, fuí a Alemania con mi madre a visitar a familia
que tengo allá. Ya teníamos los billetes reservados y el médico
nos dió el visto bueno para que fuéramos un par de semanas mientras
mis análisis llegaban. Yo no me encontraba nada bien pero hacía
años que no veía a mi familia y un par de semanas no iban a cambiar
gran cosa, pensé.
Mi tía fué la que nos esperó en el
aeropuerto, no me dijo nada en aquel momento pero noté que me miraba
raro. Ya en casa de mi abuela, ella directamente no me reconoció y
mi tío se asustó al verme. Al principio no les dije nada de mi
enfermedad pero era obvio que algo me pasaba, yo no era consciente de
mi aspecto y de lo realmente débil que estaba, increíblemente
todavía pensaba que lo que tenía probablemente no estaba
relacionado con el VIH, y que seguramente no tenía SIDA, simplemente
tenía el virus en el cuerpo.
Obviamente empezaron a hablar y a
preocuparse ya que se notaba que estaba enfermo, cuando ya empezaron
a especular sobre diversas enfermedades ví que no tenía sentido
ocultar nada y se lo dije. Mi tía me confesó que nada más verme lo
sospechó. Ella fué la más directa y crítica de todos, era
consciente de la gravedad de mi enfermedad y me dijo que yo tenía
todos los síntomas de ya tener SIDA y que no podía estar ahí
esperando más de un mes unos análisis, era demasiado riesgo. Me
dijo que me quedara en Alemania, que me podía quedar en su casa, que
buscaríamos un buen médico, que en Munich había uno de gran
renombre especialista en VIH/SIDA y que allí tendría derecho a taxi
gratuito para ir al médico, asistente social por si necesitara algún
tipo de ayuda social o psicológica, y no se cuántas cosas más, ya
que tengo ambas nacionalidades y según ella no sería problema
arreglar todos los papeleos, empadronamientos y lo que fuera para que
me atendieran allá.
Lo cierto es que ese invierno fue
excepcionalmente frío incluso para Alemania, el termómetro bajaba
casi todas las noches a los -20 ºC y nunca subió de 0 ºC, y que en
casa de mi madre en España en medio del campo se está muy bien y
muy tranquilo, así que le dije que gracias pero que volvería a
España (más adelante me arrepentería enormemente de esta decisión,
ya explicaré el por qué pero si me hubiera quedado en Alemania me
hubiera ahorrado bastantes disgustos).
Me hubiera gustado hacer más cosas en
Alemania esas 2 semanas, pero cada vez estaba más y más débil y me
pasaba casi todo el día tirado en el sofá o en la cama. Recuerdo
que vino a visitarnos una amiga de mi madre que había estado
trabajando hace años tratando a pacientes terminales de SIDA, cuando
aún era una enfermedad 100% mortal. Al despedirse me dió un abrazo
y casi se echó a llorar, seguramente pensó que no viviría mucho
más y que no la volvería a ver con vida. En ese momento sí que
pensé que quizás lo mío sí que era realmente grave y que
probablemente fuera a morir.
Fué una lástima que mi abuela me
viera así por última vez, ya que murió el invierno pasado y no nos
volvimos a ver, por lo menos se cumplió su deseo de morir antes que
su nieto. También me queda el consuelo de que tuvo una muerte casi
instantánea y sin sufrimiento en su casa y que estuvo activa e
independiente hasta el último momento, que es lo que quería. Hasta
sus últimos días con 84 años seguía yendo a comprar en bici,
lloviendo, granizando o nevando. Pensando en ella me viene a la mente
un largo viaje en bici que tengo planeado desde hace varios años y
que creo que ahora es el momento de hacer. Porque si hay algo que me
ha aportado esta enfermedad, es valentía y determinación. Se lo
dedicaré a ella.
A las 2 semanas volvimos a España, me
costó muchísimo andar del aeropuerto a donde teníamos aparcado el
coche, menos de un kilómetro, y ya en el coche me mareé bastante.
Estaba hecho una auténtica mierda. Al llegar a casa estuve casi 2
días en la cama, totalmente exhausto. El empeoramiento iba siendo ya
por momentos, ya estaba perdiendo casi medio kilo al día, incluso los
pantalones nuevos que me había tenido que comprar por la pérdida de
peso me quedaban enormes. El verme desnudo frente al espejo era un
espectáculo dantesco, las mejillas hundidas, las costillas
totalmente marcadas, unos brazos y piernas ridículamente finos...
paradójicamente seguía comiendo, menos que antes pero tampoco
exageradamente menos, y tuve la suerte de no tener ni la diarrea ni
los vómitos típicos del SIDA... con estos problemas hubiera perdido
mucho más rápido todavía.
Al cabo de unos días recibí una carta
del hospital, por fin tenía la cita.
Pesaba 64 kilos, unos 25 kilos menos de
mi peso habitual, con el que no me sobraba ni uno. Y si hubiera
seguido así me hubiera quedado rápidamente con 60, 55, 50... y
menos.
La dieta del SIDA. La única
garantizada al 100%. ¿Alguien quiere probarla?
La cita fué el 1 de Marzo de 2012,
fecha que jamás olvidaré porque fué la fecha en la que empecé a
tomar pastillas para toda la vida. Creo recordar que me pesaron como
siempre, le mostré al médico lo ridículamente grandes que me
quedaban los pantalones, y me hizo sentarme. Estaba más serio de lo
habitual y con cara de preocupación. Me dijo que ya estaban los
resultados, y me mostró el folio para que lo viera yo mismo, por si
no me lo creía:
Carga viral: 3400000
Cuenta los ceros, o algo así me dijo: sí, 3 coma 4 millones.
CD4: 26
A mi esos números a decir verdad me
decían lo mismo que a la mayoría de vosotros, o sea, nada. A pesar
de que llevaba un mes y medio sabiendo que era positivo no me había
informado todavía mucho de lo que era el VIH y le dejaba a los
médicos que tuvieran que hacer y listo, no quería rallarme la
cabeza todavía más. Confiaba plenamente en ellos. El médico me
dijo que empezara el tratamiento esa misma noche, y que volviera no
se si en un mes o así. Bajé a la farmacia del hospital y ahí me
dieron por primera vez las pastillas que estaría tomando durante
casi un año, el Atripla, ya que luego ya en Inglaterra descubrieron
que tenía resistencia al Efavirenz, uno de sus 3 componentes, y me
cambiaron el tratamiento, con el que sigo a día de hoy.
Fue al llegar a casa y ver el siguiente gráfico de la wikipedia cuando me acojoné bastante:
Al ver dónde estaba la raya azul con mis 26 de CD4, dónde la roja con mis 3.4 millones de copias de virus por militro de sangre, y dónde estaba la palabra "Muerte", comprendí que estaba bastante, pero bastante enfermo. Lo peor es que no sabía si podría volver a estar medianamente sano alguna vez, hasta qué punto se recuperarían mis CD4, y si realmente las pastillas iban a funcionar o era demasiado tarde.
Seguir mirando por internet no ayudó para nada a tranquilizarme, sobre todo con el tema de los CD4, ya que cuando el sistema inmunológico está muy dañado es muy difícil que se vuelva a recuperar por completo, además que la lenta recuperación es cuestión de años (yo he tardado 2 años en salir de la fase crítica o fase SIDA, o sea, CD4 por debajo de 200). Lo que no me cuadraba es el periodo de latencia de 8 años, luego me explicarían que hay casos como el mío en que no hay periodo de latencia, no se produce la típica respuesta del organismo ante la infección primaria y el virus sigue multiplicándose exponencialmente. En estos casos es cuando se suelen presentar cargas virales tan astronómicas. Se calcula que son un 10% de los casos, en el otro extremo hay otro 10% asintomáticos, que son portadores pero que jamás desarrollarán SIDA. Así que un poco rallado por la gravedad de mi situación, pero contento por saber lo que realmente me pasaba y tener un tratamiento, me tomé un antirretroviral por primera vez en mi vida. Eran las 22.00 del 1 de Marzo de 2012. Parece mentira que hasta ese día todavía esperaba que no tuviera SIDA, o sea, que mi sistema inmunológico no estaba tan mal, y que mis síntomas eran debidos a otra cosa, o que eran habituales simplemente por ser VIH+. Si me hubiera hecho el análisis unos meses antes, cuando ya pensaba en Inglaterra que podría haber contraído algo en mi último viaje a Asia, mi sistema inmunológico no hubiera llegado a estar tan dañado ni de lejos, no hubiera llegado a tener SIDA, no hubiera tenido que pasar todas las penurias que tuve que pasar posteriormente y no hubiera contagiado a aquella chica con la que estuve en África, que realmente no sé si la contagié, pero con la carga viral que tenía y habiendo eyaculado dentro, las posibilidades eran bastante grandes. Me causó y todavía me causa tremendos remordimientos el pensar que pude haber infectado a aquella chica, tan joven y tan guapa, con toda una vida por delante. Y precisamente en África, en Guinea-Bissau, uno de los países más pobres del planeta, donde no sé hasta que punto tiene la población acceso a medicamentos antirretrovirales.
También recordé a las chicas con que había estado en Asia. Aún tenía contacto con 3, y les fuí informando de lo que tenía. Estaba casi seguro de haber contagiado a alguna de ellas, o que alguna de ellas fue la que me contagió, sobre todo con la última con la que tuve un rollo de 2 semanas y al final nunca utilizábamos condón, pero también estaba OK. Pensé que cómo era posible, porque si no fué ella yo ya lo tenía, cómo es que no la había contagiado pensé, luego me enteré de que el virus tarda un tiempo en multiplicarse, y que realmente el VIH no es un virus que se pase fácil. Yo creía que con un contacto sexual ya era 100% seguro el contagio, nada más lejos de la realidad. Aquí os dejo un link que muestra a grosso modo el riesgo de contagio según la práctica, el riesgo en UN contacto sexual, al ir teniendo más contactos el riesgo se va multiplicando, obviamente:
http://www.cdc.gov/hiv/policies/law/risk.html (está en inglés pero se entiende).
El riesgo depende de muchos factores, como la carga viral, el tipo de sexo, factores genéticos, el estar circuncidado o no, el tener otra ETS o infección... y la SUERTE. Sí, hasta los médicos me lo han dicho: yo he tenido mala suerte. Sí, me la he jugado en ocasiones, pero hay muchas otras ETS muchísimo mas fáciles que pillar, y a mí me tuvo que tocar la más gorda directamente.
Y tan preocupado que estaba yo de no pillar nada en África, y precisamente allí fuí yo el infectivo. Porque sin duda ninguna ahí ya lo tenía, no era posible que la enfermedad se hubiera desarrollado tan rapidísimanente (estuve en África sólo 2 meses y medio atrás). Fué en Asia donde lo pillé y tuve desarrollo rápido, encaja cronológicamente con mis resultados, encaja porque guarreé muchísimo, y encaja porque en verano de 2009 me hice otro test y dí negativo, o sea que desarrollo normal no tuve porque el periodo de latencia hubiera sido mucho mayor que 2 años y medio. Y además antes de ese viaje a Asia, el poco sexo que había tenido había sido con protección.
O Tailandia o Filipinas. Seguro.
Leí un post tuyo en un foro y me lo tomé medio en broma por aquello que decías de la cura del Sida. Afortunadamente seguí leyendo y comprendí el sentido de tus palabras.
ReplyDeleteMuchos de los que van a "comerse Tailandia" deberían leer tu blog porque les daría unas buenas pinceladas de consecuencias. Admiro los huevos que tenés para contar tu experiencia, es realmente conmovedora y ojalá que tengas muchos años de buena vida.