A pesar de todo, este domingo día 20
corrí la primera maratón de mi vida.
Vale, ya había corrido medias
maratones, maratones y medias, y ultramaratones, pero nunca una
maratón propiamente dicha, o sea, 42.195 m. Ha sido probablemente la
carrera más especial para mí, ya no sólo por haber estado muy mal
con el SIDA y con mi "otra" enfermedad, si no también por
el hecho de que hace apenas un año me costaba horrores subir las
escaleras de casa, andaba con bastante dificultad, por supuesto no
podía correr en absoluto y pensaba que nunca más lo podría volver
a hacer. Me vino una polineuropatía crónica autoinmune que me podía
haber dejado en silla de ruedas para siempre. Me quedé con los
impulsos nerviosos de todo mi sistema nervioso periférico reducidos
hasta en un 90% debido a un desorden de mi sistema inmunológico que
atacaba el recubrimiento del nervio (mielina) creyendo que era una
sustancia invasiva para mi cuerpo. Tuve la suerte de estar entre la
minoría de pacientes que responden bien al tratamiento de primera
línea (altas dosis de prednisona) y fuí mejorando rápidamente,
pero por otra parte fue bastante arriesgado ya que el tratamiento
era inmunosupresor y yo ya estaba muy inmunodeprimido debido al VIH y
corría un gran riesgo de que me rebrotara mi "otra"
enfermedad (sí, por ahora son 3, el SIDA rara vez viene solo),
aparte de contraer nuevas infecciones.
La mayoría de gente que sufre esta
enfermedad catalogada como rara, enfermedad también más frecuente
entre la gente con VIH (polineuropatía desmienilizante inflamatoria
crónica o CIDP) no puede volver a hacer deporte nunca más, sufren
de fatiga crónica y van necesitando tratamientos muy complejos de
por vida.
Yo una vez más he vuelto a tener
suerte pero lo cierto es que no me he quedado perfecto ni mucho
menos, en mi última prueba de conducción nerviosa el impulso estaba
todavía reducido hasta en un 50% de lo normal, sufro de hormigueos y
sensaciones extrañas en pies y manos de manera casi constante y la
cosa según el neurólogo ya no mejorará mucho más, ya que la
mielina ya se ha recuperado lo que se tenía que recuperar, pero el
daño nervioso en sí es irreversible. También puede haber un
rebrote de la enfermedad e irse todo al carajo.
La maratón empezó y acabó justo enfrente de mi habitación, por lo que no tenía excusa para no hacerla. 12 vueltas por el bonito parque en el que vivo actualmente y por el que suelo salir a correr. |
A pesar de todo acabé la maratón en
un notable tiempo de 3.37 horas, obviamente resultado de mis
obstinados entrenamientos, motivados sobre todo por el afán de lucha
contra mi(s) enfermedad(es). Si me hubiera dado por vencido hace
unos meses cuando apenas podía correr 20 minutos o mis piernas
apenas tenían fuerza para subir una mínima pendiente con la bici,
si me hubiera quedado en casa quejándome y lamentándome de mi
situación y pensando que ya no valdría la pena, estoy convencido de
que mi estado actual, tanto físico como psicológico, sería
infinitamente peor. El deporte y la salud es la metáfora perfecta
que nos muestra que cuanto más difícil se ponen las cosas, más
motivación y afán de superación debemos de tener, por cada nuevo
bache en el camino debemos de encontrar dentro de nosotros un nuevo
ímpetu para actuar y sobrepasarlo. Tanto en esto como en todas las
otras facetas de la vida.
Pero no adelantemos acontecimientos,
como diría nuestro querido presidente del Gobierno, y sigamos con la
historia de la "otra" enfermedad, con la que por ahora
también estoy teniendo una suerte tremeda.
pero chico te recuperaste ?
ReplyDelete