Tuesday 22 April 2014

14. Palabra de maratoniano.

A pesar de todo, este domingo día 20 corrí la primera maratón de mi vida.

Vale, ya había corrido medias maratones, maratones y medias, y ultramaratones, pero nunca una maratón propiamente dicha, o sea, 42.195 m. Ha sido probablemente la carrera más especial para mí, ya no sólo por haber estado muy mal con el SIDA y con mi "otra" enfermedad, si no también por el hecho de que hace apenas un año me costaba horrores subir las escaleras de casa, andaba con bastante dificultad, por supuesto no podía correr en absoluto y pensaba que nunca más lo podría volver a hacer. Me vino una polineuropatía crónica autoinmune que me podía haber dejado en silla de ruedas para siempre. Me quedé con los impulsos nerviosos de todo mi sistema nervioso periférico reducidos hasta en un 90% debido a un desorden de mi sistema inmunológico que atacaba el recubrimiento del nervio (mielina) creyendo que era una sustancia invasiva para mi cuerpo. Tuve la suerte de estar entre la minoría de pacientes que responden bien al tratamiento de primera línea (altas dosis de prednisona) y fuí mejorando rápidamente, pero por otra parte fue bastante arriesgado ya que el tratamiento era inmunosupresor y yo ya estaba muy inmunodeprimido debido al VIH y corría un gran riesgo de que me rebrotara mi "otra" enfermedad (sí, por ahora son 3, el SIDA rara vez viene solo), aparte de contraer nuevas infecciones.
La mayoría de gente que sufre esta enfermedad catalogada como rara, enfermedad también más frecuente entre la gente con VIH (polineuropatía desmienilizante inflamatoria crónica o CIDP) no puede volver a hacer deporte nunca más, sufren de fatiga crónica y van necesitando tratamientos muy complejos de por vida.
Yo una vez más he vuelto a tener suerte pero lo cierto es que no me he quedado perfecto ni mucho menos, en mi última prueba de conducción nerviosa el impulso estaba todavía reducido hasta en un 50% de lo normal, sufro de hormigueos y sensaciones extrañas en pies y manos de manera casi constante y la cosa según el neurólogo ya no mejorará mucho más, ya que la mielina ya se ha recuperado lo que se tenía que recuperar, pero el daño nervioso en sí es irreversible. También puede haber un rebrote de la enfermedad e irse todo al carajo.

La maratón empezó y acabó justo enfrente de mi habitación, por lo que no tenía excusa para no hacerla.
12 vueltas por el bonito parque en el que vivo actualmente y por el que suelo salir a correr.

A pesar de todo acabé la maratón en un notable tiempo de 3.37 horas, obviamente resultado de mis obstinados entrenamientos, motivados sobre todo por el afán de lucha contra mi(s) enfermedad(es). Si me hubiera dado por vencido hace unos meses cuando apenas podía correr 20 minutos o mis piernas apenas tenían fuerza para subir una mínima pendiente con la bici, si me hubiera quedado en casa quejándome y lamentándome de mi situación y pensando que ya no valdría la pena, estoy convencido de que mi estado actual, tanto físico como psicológico, sería infinitamente peor. El deporte y la salud es la metáfora perfecta que nos muestra que cuanto más difícil se ponen las cosas, más motivación y afán de superación debemos de tener, por cada nuevo bache en el camino debemos de encontrar dentro de nosotros un nuevo ímpetu para actuar y sobrepasarlo. Tanto en esto como en todas las otras facetas de la vida.

Pero no adelantemos acontecimientos, como diría nuestro querido presidente del Gobierno, y sigamos con la historia de la "otra" enfermedad, con la que por ahora también estoy teniendo una suerte tremeda.

1 comment: