Monday 20 January 2014

8. Un pequeño inciso. De bajón.

A pesar de lo que me decían de que “iba a enterrarlos a todos” yo ya me estaba dando cuenta de que mi vida jamás iba a ser ya la misma. Por muchos años que viviera, y por muy sano que estuviera, nada volvería a ser igual. Todavía no sabía muy bien por qué iba a ser así, pero lo cierto es que acerté plenamente. Esta enfermedad no es una enfermedad, es muchísimo más que eso, la enfermedad en sí realmente es algo insignificante comparado con todas las demás consecuencias que tiene el VIH, por mucho SIDA que haya tenido y por muy cerca de la muerte que haya estado, eso no es nada comparado con tener que vivir con esto día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, durante toda la vida, sin un minuto de descanso, sin un pequeño “break”, sin unas pequeñas vacaciones de vez en cuando. Es algo non-stop tamborileando en tu mente y en tu existencia para siempre, algo que rompe tu vida, te convierte en un ser roto, defectuoso, sucio y de mucha menor valía de lo que eras antes. Tu vida de antes, ya no tiene absolutamente nada que ver con la de ahora, es un antes y un después sin retorno, sin solución, sin remedio. Pasas a ser otra persona, a vivir otra vida, de mucho menos valor. Porque si una cosa positiva tiene el ser VIH+, es que a muchos de nosotros ya no nos asusta morir, no vemos la muerte como algo malo o a temer, más bien la vemos como un alivio, un fin al sufrimiento, o un fin a una existencia que comparando con la que teníamos antes difícilmente se puede decir que valga la pena. Tenemos que olvidar el pasado, aquella vida fácil y feliz, cuando nuestra mayor preocupación era el perder el trabajo o cosas así, cosas que a día de hoy a mí personalmente no me inspiran la más mínima preocupación o molestia, sí, se puede decir que esto me ha hecho inmune al miedo o a la preocupación y no tendría miedo de por ejemplo morir dentro de un par de años totalmente deshauciado debajo de un cochambroso puente a miles de kilómetros de mi país. Es más, hasta a veces lo deseo. Volver a encontrar la paz de una vez por todas, que mi cuerpo se pudra y se libere de vida, de esta vida mantenida artificialmente por unos productos químicos creados por unas capitalistas industrias farmacéuticas, que se ponga fin a este sistema vital que llamo YO para que así pueda acabar definitivamente con este maldito virus, porque mientras yo viva, el virus estará vivo en mí, si yo muero, el virus morirá de una maldita vez, liberándome a mi a la vez, hacia el nirvana, hacia la reencarnación, hacia el cielo, hacia el infierno, eso ya no lo sé, pero en cualquier caso sería un camino hacia la liberación.
Sí, a veces estoy de bajón, sobre todo cuando recuerdo mi vida del pasado, aquella vida tan cercana en el tiempo, pero que parece que haya sido algo ocurrido siglos atrás, o incluso milenios, aquella persona despreocupada y feliz, aquel alegre fornicador que estaba dejando atrás su terrible timidez y empezando a descubrir los paraísos sexuales del lejano Oriente y otras exóticas tierras, un tipo con problemas como todos, pero problemas a ojos de mi yo de hoy absolutamente insignificantes, incluso necesarios en el transcurso de una vida medianamente normal.

Me viene a la mente todo esto porque ando planeando un viaje, un viaje como los que hacía antes, porque vuelvo a estar sano y fuerte y con ganas de volver a vivir la vida a tope, pero veo que ya no tiene sentido ir a ningún sitio porque veo que ya jamás volveré a disfrutar como antes, porque sí, el sexo era una parte muy importante en mi vida, y ahora sencillamente se me hace imposible el disfrutar, se me hace imposible el ligar, se me hace imposible motivarme de alguna manera porque estoy viendo que realmente muchos de nuestros actos cotidianos tienen una base y un impulso subconsiente puramente sexual, siempre pensé que Sigmund Freud era un maníaco salido con sus explicaciones sexuales sobre la psique humana, pero no, estoy comprendiendo que mucho de sus enrevesados supuestos son reales, por lo menos en una mente masculina, y no necesariamente salida.

Freud, ¿salido o sabio?
En cualquier caso, cocainómano y con una cita adecuada a la ocasión.

Este virus puede que no haya destrozado mi vida por completo, pero mi vida sexual, esa sí que la ha destrozado, pues búscate una pareja como todo el mundo, dirán algunos que no me conozcan, los que me conozcan ya sabrán que debido a mi difícil personalidad eso es una utopía difícil de realizar y se darán cuenta de que sí, lo más realista es que acabe renunciando a mi sexualidad, o cometiendo actos de reprochable moralidad.

“Vete de putas”, dirán otros, bueno, pues sí, lo he hecho, y ni así disfruto ya, me siento un ser sucio, ruín y despreciable, no por irme de putas, que no lo veo nada inmoral, si no por no desvelar mi estatus, mi estatus y las tres iniciales malditas, que me convierten automáticamente de un tío bien, agradable y buena persona, a un ser infecto, pestoso y que merece morir, o por lo menos pasarse 30 años en la cárcel, como sentencian algunas leyes estadounidenses a los infectos que no desvelan su estatus, por muy indetectables que estemos, por muy no infectivos que nos consideren algunos estudios, por mucho condón que usemos, sí, hay leyes en países del primer mundo como éstas, por algo será, desde luego no es por la gravedad patológica de la enfermedad, que detectada a tiempo es totalmente controlable y se suele comparar con la diabetes, ni siquiera por la peligrosidad del acto o posibilidad de contagio en sí, que en muchos casos es prácticamente 0 o incluso 0*, no es por eso no, es por la baja moralidad del acto en sí, por la aberración y maldad que conlleva, porque hay que ser tremendamente hijo de puta y mala persona para tirarte una tía al igual que lo hacías antes, pero con condón y sin desvelar lo que eres, un saco de mierda con patas, un ser sucio, “not clean” como dicen en la jerga gay, un monstruo con el que prácticamente ninguna persona en sus cabales tendría sexo por muy remotísima que fuera la probabilidad de contagio. Eso sí, si vas follando por ahí sin protección alegremente, no te chequeas ni conoces tu estatus, das por hecho que eres negativo, pero en realidad eres positivo y tienes la carga viral por las nubes siendo tremendamente infectivo, no pasa nada, esta gente, a pesar el grueso de las nuevas infecciones, no estan cometiendo ningún acto incorrecto, porque como no conocen su estatus, no son responsables de nada, no son responsables de chequearse, de conocer la realidad, no, a nadie se le ocurriría exigirles consecuencias legales a pesar de que son infinitamente más peligrosos que un positivo en tratamiento...

... venga, va, piensa en otra cosa, no todo es sexo en la vida, aunque haya estudios que digan que el hombre medio se pasa pensando en sexo el 80% del día, tú no eres así, y mirándolo positivamente, liberarse de las cadenas del sexo es algo bueno, te libera la mente pudiendo aprovechar el intelecto para cosas mucho más productivas... seguro que sin impulsos sexuales seríamos todos mucho más cultivados e inteligentes, yo por lo menos estoy convencido que sin estas cadenas sexuales mi vida académica hubiera sido infinitamente mayor de lo que fue.

Pero no, a quien quiero engañar, el sexo es lo más maravilloso de la vida, muchas veces pienso que es el fin último de la existencia, lo máximo, el acto sublime, un acto incluso trascendental y que realmente muchas religiones han tenido en cuenta a la hora de la búsqueda espiritual (no el cristianismo, precisamente).

Sin duda, los templos más interesantes que visité en India fueron los de Kajuraho.
En esta época todavía no había SIDA. Grandes tiempos aquellos.

NO LIMITS


Quién sabe, quizá algún día se cruce en mi camino algo parecido al AMOR, y todas estas frustaciones se acaben diluyendo en el espacio al igual que una lágrima en el mar... 


* sí, hay casos en los que el riesgo de contagio es 0 y aún así se condena a la persona a cárcel. Afortunadamente, por ahora sólo he leído casos así en Estados Unidos y Singapur:
(resumiendo, un positivo practicando una felación a un negativo en Singapur, condenado a un año de cárcel)

1 comment:

  1. Buenos días

    Te conozco gracias a Spaniards, yo soy el que escribe con el Nick de Santurtziarra

    Me he leído tu blog casi entero, y la verdad, me asombra ver cómo te tomas las cosas, el que no dejes que los acontecimientos de hundan en el infierno.

    Me alegro por ti, y me gusta tu manera de exponer tus vivencias.

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