Friday 10 January 2014

1. Birmingham, Reino Unido. Noviembre de 2011.

Tras mi último reparto, yendo de camino de vuelta a la base a dejar el camión y volver a casa, recibo una llamada al móvil. Mi madre esta grave en el hospital. Al llegar a casa reservaría un billete inmediatamente y a poder ser mañana mismo volaría para España.
Solo llevaba unos 2 meses trabajado en Birmigham, pero parece que había sido mucho más. Había muchos días que me sentía flojo, como falto de energía. Ya nunca salia a correr, nunca hacia deporte. Quizá era la edad, o que simplemente me estaba haciendo vago. También comía bastante menos que antes, lo achacaba a hacer poco ejercicio, y había adelgazado. Una noche que cené con un amigo realmente me di cuenta, apenas me comí media pizza para cenar cuando yo antes dejaba boquiabierta a la gente con mi voracidad. Si, lo de la disminución del apetito debía de ser la edad, acababa de cumplir los 28 y ya no era digamos un adolescente.

O quizá sea otra cosa. A ver si he pillado algo. Mi ultimo viaje por el sudeste asiático, en el que visité Malasia, Singapur, Filipinas y Tailandia, fue a ratos una auténtica locura. Sobre todo tras acabar cansado de las mentiras de un ligue con el que pase la Navidad y el Año Nuevo en Filipinas, cuando acabé con ella y me fui a Tailandia, donde pasaría el último mes de mi viaje casi íntegramente en Bangkok, salvo un pequeño viaje a Pattaya, la Sodoma y Gomorra tailandesa. Estaba cansado de tanto drama, tanto “do you love me?”, tantas películas en la cabeza que se montaban algunas chicas. No, no me voy a casar contigo, no, no te voy a llevar conmigo a Europa... yo simplemente estoy de viaje mochilero, y lo que quiero es disfrutar, pasarlo bien, y lógicamente echar un polvo de vez en cuando. Si me enamoro, pues bien, pero no creo que sea el caso.

Receta de la felicidad:
Una isla tropical, un ligue local, una motillo para recorrer la isla, una playa desierta y un poco de dinero para comer y no dormir al raso. ¿Pa qué más?

Tras unos cuantos mares de lágrimas, sentirme culpable por destrozar el corazón de alguna que otra, unas cuantas toneladas de mentiras, por mi parte y por la contraria, empecé a llegar a la conclusión de que lo más práctico, fácil y barato era meterse a un “bar”, beberse unas cervezas, disfrutar del ambiente y dejar que las “bar-girls” hicieran su trabajo.
El condón, frecuentemente, brillaría por su ausencia... tanto con las “bar-girls” como con las “civiles”...
 
Con un par de bar-girls filipinas. Qué tío más guarro.
No tengo ni idea de cómo acabé de jurado en una gala de misses. Angeles City, Filipinas.

El caso es que las veces que había ido hasta entonces al médico se podían contar con los dedos de la mano, y no tenía ni idea como funcionaba el sistema sanitario británico, dónde había un hospital cercano, dónde podía ir a hacerme las pruebas, que tenía que llevar, etc etc Fue pasando el tiempo, ya lo haría otro día, otro día, otro día...

Cuando llegué a España mi madre ya llevaba 4 días hospitalizada. Se le reventó una variz en el esófago, se quedó inconsciente, y tuvo suerte de no haberse quedado en el sitio. Tardaría unos días mas en salir. Yo normalmente me quedaba a dormir en la incómoda butaca, luego me cambié a una barata pensión cercana, ya que el hospital donde estaba mi madre ingresada esta lejos de mi pueblo.
Ya que iba a pasar varios días allí, pensé que seria bueno que me hiciera las pruebas. Hay un centro de donación de sangre, mi padre me dijo de ir a donar pero aquel día no estaba muy por la labor. Me encontraba cansado, debía de ser de no dormir bien, pensé, y además en ese momento no lo relacione con que si salia algo raro me avisarían (creo).
Pero me informé de dónde me podía hacer las pruebas. Me dio vergüenza estar ahí esperando en un área que no me acuerdo como se llama que tienen para atender a la gente con sida. Había un joven de raza negra sentado esperando cuando fuí, enseguida pensé, pobrecito, seguro que tiene sida, no le debe de quedar mucho de vida.
En un momento que salio la doctora hice acopio de valor y fui a preguntarle, que donde me puedo hacer la prueba del sida. Me hizo pasar a su despacho, me pregunto que por qué quería hacérmela, obviamente le conteste que porque había tenido prácticas de riesgo, aunque todavía no entiendo el por qué de la pregunta... Le dije de donde venía, y me dijo que no me correspondía hacérmelas ahí, ella me daría cita para que me sacaran sangre pero que luego el médico lo mas seguro es que no me atendería. Creo que me dijo que tenia que ir a mi médico de cabecera en mi pueblo para hacerme la prueba, que por cierto en esa época no tenia ni idea de quién era. En mi pueblo ya veremos si me las haría, si me daba palo preguntar ahí donde nadie me conocía, en el pueblo donde todo el mundo se conoce y se sabe todo de todos pues mucho más.
Mi madre salio del hospital antes de lo previsto, antes de la fecha que tenia cita para la extracción de sangre, así que lo deje correr. De todas formas, lo mas probable es que no me hubiera servido de nada, quizá ni llegarían a sacarme sangre y el médico no me daría cita ninguna. No me correspondía a mi hacerme las pruebas en ese lugar, me dijeron.

Mi madre estaba mejor de lo que esperaba, en principio había cancelado un viaje de 2 semanas para dentro de unos días, había pillado un chollo por internet, un vuelo de ida y vuelta a Gambia por menos de 200 libras, pero al final lo que hice fue cambiar la fecha de ida e irme apenas una semana. No era mucho, pero mejor que nada.

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