Saturday 11 January 2014

2. Banjul, Gambia. Diciembre de 2011.

Era mi primera vez en el África Negra, y estaba emocionado por ello. Al bajar del avión noté una agradable brisa cálida y lo primero que me llamó la atención fue que en los autobuses que te llevan a la terminal pusiera “transport metropolitá de Barcelona”, o algo así, eran viejos autobuses de segunda mano que venían desahuciados de España.
Mi destino realmente era Guinea-Bissau, país del que había leído muy buenas cosas, sobre todo lo que me llamaba la atención es que era muy poco turístico, y la gente todavía no estaba corrompida con el turismo de masas que había invadido las antaño virginales playas de Gambia. En esos sitios turísticos del tercer mundo abundan los timos, las estafas, la gente que te quiere sacar dinero por todos los lados, y es muy desagradable. Yo quería conectar con la gente local de verdad, conocer la autentica cultura y forma de vida del lugar.

Guinea-Bissau está a un paso de Gambia.

Un amigo había estado en África hace poco, África del Este, me comentó que tuvo algún ligue que otro y no había usado condón. “Pero tu estas loco!”, le dije. “Yo jamás haría algo así en África, jamás de los jamases, tu sabes la de sida que hay allí?”
Si, definitivamente me había propuesto NO tener sexo bajo ningún concepto, ni con condón ni nada. Yo venía simplemente a ver el país, a ver la cultura, quedaba descartado cualquier contacto sexual de ningún tipo. Punto.
Gambia no me interesaba para nada así que quería cruzar directamente a Senegal y hacer noche en Ziguinchor, donde sacaría el visado para Guinea. El medio de transporte habitual en esta zona de África son los taxis compartidos, conocidos como “sept-place”, coches destartalados en los que son incrustadas 7 personas a presión. Hice noche en Ziguinchor, saqué el visado y ese mismo día partí hacia Bissau, ciudad con un alojamiento caro de cojones por cierto, sobre todo tratándose de uno de los países mas pobres del planeta. Creo que pague 40 o 50 euros por noche en el hotel más barato y cochambroso de la ciudad. Me llamo la atención un edificio que vi en el que había una cola enorme de personas esperando afuera. Luego vi que se trataba de un centro de ayuda para personas con VIH. Sí, definitivamente no iba a tener sexo en ese país, ya me conocía y eso de usar el condón sin excepción no era una idea realista para mí. De Bissau partiría en barco hacia las Islas Bijagós. Pensé que el viaje en el barco iba a resultar pesado y aburrido, pero qué va, era casi como en una discoteca, buena música a todo volumen, mucho alcohol rondando de aquí para allá y en general un ambiente muy festivo. Me recordaba bastante a Brasil, no solo por el idioma si no también por la alegría de la gente, y la belleza de las mujeres.
En el barco conocí a Courtinho, un local que había estado años viviendo en Valencia y hablaba un español casi perfecto, la crisis le obligó a volver a su país y ahora quería mirar oportunidades de inversión en la isla de Bubaque. Era un hombre culto e inteligente, interesado en política entre otras muchas cosas. Me comentó que a diferencia de en otros países europeos que había vivido, en España se sentía integrado de verdad, y había hecho grandes amigos.
También había otras dos españolas en el barco, una rondaría los 50 y la otra bastante, o muy gordita, cosa que se ve que atrae bastante a los jóvenes locales porque no paraban de intentar ligar con ella. Con su amiga, que para mi gusto estaba de mejor ver, no lo intentaban tanto. Una prueba mas de que eso de la belleza es una cuestión cultural.
Después de haber viajado bastante por Asia, me chocó bastante ver la indiferencia con la que tratan al europeo en este país africano, nadie se te queda mirando fijamente, nadie te para a bombardearte a preguntas personales o a hacerse fotos contigo, nadie intenta timarte por la calle... simplemente eres uno más, pensé que llamaría la atención un blanco entre tanto negro pero no, por lo menos en la capital no especialmente.

¿Dónde está Wally? O mejor dicho: ¿dónde está el blanco?

Como estaba hambriento decidí buscar algo de comer, baje a la planta de abajo, había un grupo de muchachas riendo y bromeando y al pasar por al lado de una de ellas me coge de una mano y me la pone en sus tetas. Así, si mas. Me dice algo que no entiendo y yo consigo vencer a mis impulsos y pasar educadamente de ella, ya que, como dije anteriormente, me había propuesto firmemente NO tener sexo. Por miedo al sida, mas que nada, ya que mi cerebro en momentos de excitación deja de funcionar con normalidad y no entiende de razón, de peligros, de protecciones ni de ETS. Así que lo mejor sería la abstinencia absoluta. Sólo iba a ser una semana, no podía ser tan difícil.
Debía de tratarse de una prostituta, o algo parecido. Al principio me puso caliente el sentir el tacto de sus senos en mi mano, pero luego la fui mirando mejor y tenia pinta chunguilla. Una cicatriz en la frente medio infectada, y vete a saber cuantas ETS debía de tener. Pero siguió dándome la chapa, se pegó a mí y yo no podía deshacerme de ella de ninguna manera, le dije que estaba casado, me dijo que eso en Europa, allí no lo estaba, ademas que en ese país hay varias culturas polígamas, como la musulmana y alguna matriarcal como en la isla de Orango Grande, donde son las mujeres las que mandan y escogen a sus maridos. Así que la mentira de estar casado no me servía de mucho.
Poco antes de que el barco atracara, conseguí escabullirme y perderla de vista, le dije a Courtinho que ya nos veríamos por la isla, pero no, no hubo manera, fue pisar tierra firme y la tía enseguida me dio alcance. Que si chupa-chupa, muito gostoso y no se que más, la tía estaba llevando mis instintos y hormonas ya al límite y no se como acabamos mirando una habitación en la que ya nos íbamos a quedar, pero no, la tía tenia unas pintas bastante chungas, así que al final me cabree y la deje ahí plantada, le dije que me dejara en paz, me fui a paso ligero en dirección a un hostal barato que salia en la Lonely Planet, pero la tía me seguía y me seguía por mucho que le dijera y que ya le gritara al final, no se si acabo pidiéndome dinero o que, que no tenía sitio para dormir o que se yo, no me acuerdo lo que pasó que al final me la quité de encima... es frecuente que en el tercer mundo muchos occidentales nos sintamos como sex-symbols pero muchas veces lo que se esconde detrás de esto son las necesidades de la población local. Aunque también hay veces que la atracción es real y verdadera.

La guarrilla del barco.

Me fui a dormir yo solo al susodicho hostal, libre de peligrosas atracciones carnales difíciles de controlar. Al día siguiente, visto que en la costa no se podía bucear y apenas nadar, ya que había fuertes corrientes y tiburones, decidí alquilarme una bici para recorrerme un poco la isla. Me bañé en alguna playa un tanto rocosa sin meterme demasiado, y me fui adentrando hacia el interior de la isla. Aquí la vida si que era mas primitiva, y un blanco ya iba llamando más la atención. Cada vez que pasaba por una aldea, los niños salían corriendo detrás de mi gritando “branco, branco!”, curiosamente la misma escena al revés hubiera quedado un tanto racista, si un negro pasara por una aldea española y los niños corrieran detrás de el gritándole “negro, negro!”. En fin, cosas de niños.

Vistas desde mi habitación. De la cama al agua en cero coma.


La otra punta de la isla estaba a apenas 14 km, eso para mi en otros tiempos no era nada, pero vi que me estaba costando. Me quedaba sin aire, sin fuerza, la cabeza me empezaba a doler un poco y las pocas bicis que habían en el camino me adelantaban a gran velocidad. Pensé que era mi sedentaria vida de camionero lo que estaba aniquilando mi antaño excelente forma física. No le di mayor importancia, no llegué al final de la isla ya que me estaba cansando bastante y decidí dar media vuelta.

1 comment:

  1. Guarrilla?Que manera tan vulgar de espresar sobre una Mujer!
    Mas guarro seria Usted!
    Veo una mente de Orgullo,Frustarciones Superiores
    Espirito muy pobre y Jilipollas Con estupidezes ya mas vista

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