Eran las primeras Navidades que pasaba
en casa desde hace mucho tiempo, sin embargo ya estaba ansioso por
salir a buscarme la vida por Europa otra vez. Había trabajado ya en
varios países europeos y no me importaba excesivamente el destino,
simplemente quería un trabajo que me permitiera ahorrar dinero con
facilidad, aunque fuera trabajo duro. Encontré por internet una
oferta interesante, una empresa escocesa de transportes
internacionales necesitaba conductores para hacer la ruta
Escocia-España. Perfecto, pensé yo, así que enseguida llamé para
informarme. Me costó mucho entenderles debido a su acento pero me
dijeron que llamara después de las fiestas, lo que me pareció bien
ya que las Navidades sí que las quería pasar por una vez con mi
familia.
Ya que había fracasado
estrepitosamente en mi objetivo de NO tener sexo en África, y aún
más en el de usar preservativo, decidí que de verdad ya era hora de
hacerme el test del VIH. Lo de África me pareció ya la última
frontera que no debía de transpasar, ya era demasiado, esta vez sí
que sí que me tenía que hacer las pruebas. Pensé que nunca sería
tan irresponsable de hacer algo así en una zona de tan alta
incidencia de sida, pero no tenía ni idea de cuán lejos estaba
todavía de conocerme realmente. Así que al día siguiente me armé
de valor y me fui al ambulatorio local a preguntar cómo se podía
hacer.
No recuerdo muy bien el proceso pero si
que recuerdo que fue bastante lento y engorroso. Primero había que
hablar con el médico para decirle que querías hacerte la prueba, de
nuevo preguntaría el por qué, luego había que pedir cita para la
extracción de sangre, esta sangre la mandarían a un hospital de la
provincia y tendrían los resultados en 2 semanas.
Llegó el año nuevo y volví a llamar
a la empresa escocesa. Esta vez me dijeron que primero tendría que
desplazarme a Escocia y luego ya hablaríamos. Todavía estaba a la
espera de los resultados del análisis pero decidí irme en 4 o 5
días, no más tarde, con los resultados o sin ellos.
Llegó el día de preguntar por el
análisis, bajé al ambulatorio y pregunté en recepción. Me dijeron
que sí, que ya estaban, pero que tenía que pedir cita con el
médico, que era el único autorizado en desvelarme los resultados.
Yo les dije que me iba a ir a Escocia ya mismo, a principios de la
semana próxima. La cita con el médico sería como muy pronto en una
semana, así que estuve apunto de espetarles que yo lo único que
quería saber era que si tenía el sida o no, pero al haber tanta
gente alrededor me corté un poco y les dije que vale, que me citaran
para dentro de una semana, que quizá me iba a ir a Escocia antes por
trabajo pero que ya veríamos, aunque yo ya tenía claro que me iba a
ir y que no iba a esperar a los resultados, ya que los trabajos así
vuelan y no puede uno quedarse dormido en las nubes dejando el tiempo
correr. La oferta ya llevaba colgada en internet más de dos semanas.
Me dio mucha rabia que no me lo dijeran
ahí mismo, porque la muchacha de la recepción tenía la hoja de los
análisis en su mano y ví claramente que la ojeaba, al igual que
otra compañera que se asomó por detrás y me miró con una cara un
poco rara. Yo pensé que no debía de tener nada, ya que si no me lo
hubieran dicho, no pensaba que podrían ser tan irresponsables de
dejarme ir para Escocia con algo raro en los análisis.
Llegó el viernes y empecé a buscar
vuelos a Glasgow para principios de la semana venidera, había buenos
precios, pero precisamente ese día no me encontraba muy bien y
decidí esperarme un día más. Al día siguiente me encontraba peor,
como mareado, flojo y sin fuerzas, pensándolo bien ya eran unos
cuantos días que no me encontraba al 100%. Mi padre me había dicho
que había vuelto muy flaco de África, mi madre no me dijo nada ya
que estaba acostumbrada a verme volver con muchos kilos de menos cada
vez que cogía la mochila y me iba de viaje, pero esta vez había
sido sólo una semana y no los varios meses que solían durar mis
viajes mochileros.
Así que decidí esperarme unos días
más a ver si se me pasaba, no fuera a ser que empezara a trabajar y
me pusiera enfermo de verdad a medio camino de Escocia a España,
cosa que ya me había pasado en Francia cuando estuve trabajando para
una empresa irlandesa y me dio un fuerte ataque de anginas. No fueron nada agradables los 4 días de viaje de vuelta y llegué tan hecho mierda que poco
después me tuvieron que hospitalizar debido a la enome infección
que tenía.
Sí, definitivamente no quería que
esto me volviera a ocurrir así que decidí quedarme unos días mas
en casa, por si acaso.
Llegó el día de la cita con el
médico, mi madre aprovechó para venir conmigo ya que también tenía
que decirle unas cosas del problema por el que estuvo hospitalizada,
y yo también de paso le diría que me estaba encontrando mal ya
varios días.
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